El 11 de octubre de 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba la primera definición clínica oficial del Covid prolongado: “La afección pos-Covid-19 se produce en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2, generalmente tres meses después de la aparición de la Covid-19 con síntomas que duran al menos dos meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo. Los síntomas más comunes son la fatiga, la dificultad para respirar y la disfunción cognitiva, pero también se pueden dar otros síntomas que suelen repercutir en el funcionamiento cotidiano del enfermo. Los síntomas pueden ser de nueva aparición, tras la recuperación inicial de un episodio agudo de Covid-19, o pueden persistir desde el inicio de la enfermedad. Los síntomas también pueden fluctuar o puede haber recaídas con el tiempo. Para los niños, puede ser aplicable otra definición".
La encefamielitis miálgica, más conocida como síndrome de fatiga crónica, presenta también esos síntomas que, en los dos casos, impiden la realización de tareas cotidianas y empeoran la calidad de vida de los pacientes.
Después de más de medio año al presentar esta definición, el doctor Jordi Robert, jefe de sección del Servicio de Medicina interna del Hospital Universitari Dexeus y experto en síndrome de la fatiga crónica sugiere el cambio de denominación del Covid persistente para que pase directamente a ser fatiga crónica, publicado en el último número de la revista "Medicina Clínica".
"Sospechamos, aunque todavía no hemos sido capaces de demostrarlo, que algunas infecciones víricas están relacionadas con el inicio del síndrome de la fatiga crónica"
Así, este especialista se plantea en dicho documento si realmente "existe alguna diferencia" entre los pacientes diagnosticados de Covid persistente respecto de aquellos diagnosticados con síndrome de fatiga crónica. "Sospechamos, aunque todavía no hemos sido capaces de demostrarlo, que algunas infecciones víricas están relacionadas con el inicio del síndrome de la fatiga crónica", afirma el doctor Robert.
"Hasta el momento, y no con absoluto consenso, se han identificado situaciones clínicas relacionadas con la infección por la Covid-19", explica el experto del Hospital Universitari Dexeus. "La primera serían las manifestaciones clínicas consecuencia del daño sobre diferentes órganos producidos por la infección. La segunda, las manifestaciones secundarias debidas a ingreso hospitalario, ingreso en Unidad de Cuidados intensivos o al tratamiento de la infección".
"Si aceptamos que el Covid persistente se trata de una fatiga crónica desencadenada por la infección por coronavirus, deberíamos tratar el Covid persistente como una enfermedad crónica. Y en el sentido contrario, deberíamos comprobar que los tratamientos que funcionan en Covid persistente son igualmente útiles en pacientes diagnosticados de síndrome de fatiga crónica", concluye el experto.