Con el objetivo de mejorar el diagnóstico del autismo, el Centro de Desarrollo Cognitivo Red Cenit, junto a la Universidad Politecnica de Valencia, han desarrollado un método pionero en el mundo de diagnóstico mediante realidad virtual e inteligencia artificial que ha conseguido discriminar con un 90% de precisión un niño TEA de uno normotípico.
Actualmente, el equipo de investigadores de los Centros de Desarrollo Cognitivo Red Cenit y de la Universidad Politécnica de Valencia encargados del Proyecto T-Eye para diagnóstico precoz del autismo está buscando niños con edades comprendidas entre 3 y 6 años para completar los pases experimentales de validación de este innovador sistema para diagnóstico del autismo a través de realidad virtual, inteligencia artificial y biomarcadores.
Estas sesiones tendrán lugar en un entorno amigable, una habitación virtual T-Room que recrea un parque donde el niño jugará a diferentes juegos con Pablo, el avatar
Estos niños acudirán a entre una y tres sesiones de 45 minutos cada una, dependiendo del tipo de neurodesarrollo del niño, en una fecha y horario a elección de los responsables de menor.
Estas sesiones tendrán lugar en un entorno amigable, una habitación virtual T-Room que recrea un parque donde el niño jugará a diferentes juegos con Pablo, el avatar. Se les colocará una pulsera para medir su actividad electrodermal y unas gafas ligeras de Eye Tracking para controlar el seguimiento de la mirada. Además, con técnicas de inteligencia artificial se analizarán los movimientos corporales del niño para alertar de posibles estereotipias.
PERFILES DEMANDADOS
Para poder seguir avanzando en esta investigación y conseguir la validación oficial como método de diagnóstico certificado y alternativo al diagnóstico clásico, se ha aumentado la muestra de los niños participantes.
De esta forma, los investigadores buscan tres perfiles de personas: niños de entre 3 y 6 años que ya tengan diagnóstico de TEA a través de la prueba ADOS-2; niños de entre 3 y 6 años normotípicos (con un desarrollo normal); y padres, madres o tutores de estos niños (con los que se validará una aplicación para el análisis semántico y prosódico de la voz, incluida en T-Eye).