En la primavera de 2022, después de que se levantaran las restricciones de Covid-19 en Estados Unidos y otros 34 países, tuvo lugar un brote de casos de hepatitis aguda grave en niños. Aunque las causas eran desconocidas, un nuevo estudio dirigido por la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) y publicado en la revista 'Nature', acerca a los científicos a encontrar respuestas.
La hepatitis pediátrica es poco frecuente, y los médicos se alarmaron cuando empezaron a ver brotes de hepatitis grave inexplicable. Hasta la fecha se han producido unos 1.000 casos; 50 de estos niños necesitaron trasplantes de hígado y al menos 22 han fallecido.
En el estudio los investigadores relacionan la enfermedad con coinfecciones de múltiples virus comunes, en particular una cepa del virus adenoasociado de tipo 2 (AAV2). No se sabe que los AAV causen hepatitis por sí solos. Necesitan virus "ayudantes", como los adenovirus que causan resfriados y gripes, para replicarse en el hígado.
En el estudio los investigadores relacionan la hepatitis aguda con coinfecciones de múltiples virus comunes, en particular una cepa del virus adenoasociado de tipo 2 (AAV2)
Cuando volvieron a la escuela tras los confinamientos, los niños fueron más susceptibles a las infecciones por estos patógenos comunes. El estudio sugiere que, en un pequeño subgrupo de estos niños, contraer más de una infección al mismo tiempo puede haberles hecho más vulnerables a la hepatitis grave. En agosto de 2022 se habían notificado grupos de casos en 35 países.
"Nos sorprendió el hecho de que las infecciones que detectamos en estos niños no estuvieran causadas por un virus inusual y emergente, sino por patógenos víricos comunes en la infancia", reconoce Charles profesor de medicina de laboratorio y medicina en la División de Enfermedades Infecciosas, director del Laboratorio de Microbiología Clínica de la UCSF y autor principal del trabajo.
"Eso es lo que nos llevó a especular que el momento del brote estaba probablemente relacionado con las situaciones realmente inusuales que estábamos atravesando con Covid-19 relacionadas con el cierre de escuelas y guarderías y las restricciones sociales --explica--. Puede haber sido una consecuencia no intencionada de lo que hemos experimentado durante los últimos dos o tres años de la pandemia".
Para llevar a cabo el estudio, que contó con el respaldo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los investigadores utilizaron la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) junto con diversos métodos de secuenciación metagenómica y pruebas moleculares para examinar muestras de plasma, sangre total, hisopos nasales y heces de 16 casos pediátricos en seis estados -Alabama, California, Florida, Illinois, Carolina del Norte y Dakota del Sur- desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 22 de mayo de 2022. Las muestras se compararon con 113 muestras de control.
Al genotipar las 14 muestras de sangre disponibles, se detectó el virus adenoasociado 2 (AAV2) en el 93% de los casos y se encontraron adenovirus humanos (HAdV) en todos los casos; un tipo específico de adenovirus vinculado a la gastroenteritis(HAdV-41) se encontró en 11 casos. En el 85,7% de los casos se detectaron coinfecciones adicionales por Epstein-Barr, herpes y enterovirus.
El estudio señala que los niños pueden ser especialmente vulnerables a una hepatitis más grave desencadenada por coinfecciones
Chiu señala que los resultados reflejaban los de dos estudios simultáneos realizados en el Reino Unido, que identificaron la misma cepa AAV2. Los tres estudios identificaron coinfecciones por múltiples virus, y el 75% de los niños del estudio estadounidense tenían tres o cuatro infecciones víricas.
Dado que los AAV no se consideran patógenos por sí solos, aún no se ha establecido una relación causal directa con la hepatitis aguda grave. No obstante, el estudio señala que los niños pueden ser especialmente vulnerables a una hepatitis más grave desencadenada por coinfecciones. Aunque las infecciones por virusadenoasociados pueden producirse a cualquier edad, el pico suele estar entre 1 y 5 años, y la edad media de los niños afectados en el estudio era de 3 años.
Los brotes de hepatitis aguda grave en niños han disminuido recientemente, pero Chiu sugiere que la mejor forma de proteger a los niños de este improbable desenlace es lavarse las manos con frecuencia y quedarse en casa cuando estén enfermos.