Según un estudio publicado por la revista 'BMJ Open Respiratory Research', la bronquitis en la primera infancia aumenta el riesgo de enfermedades pulmonares en la mediana edad. A través de una investigación a niños australianos que habían padecido bronquitis al menos una vez de los siete años, se demostró que tenían más probabilidades de tener problemas pulmonares en el futuro.
También han establecido que las enfermedades pulmonares que padecían los niños cuando llegaban a los 53 años solían ser asma y neumonía, en lugar de bronquitis crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
"Este es el primer estudio prospectivo a muy largo plazo que ha examinado la relación entre la gravedad de la bronquitis infantil y los resultados de salud pulmonar en adultos. Ya hemos visto que los niños con bronquitis bacteriana prolongada tienen un mayor riesgo de enfermedad pulmonar infecciosa crónica grave después de dos a cinco años, por lo que estudios como el nuestro están documentando la posibilidad de que los niños sintomáticos desarrollen afecciones pulmonares, como asma y cambios en la función pulmonar, hasta la edad adulta media", ha comentado la autora principal del estudio, Jennifer Perret.
Se siguió a los participantes durante un promedio de 46 años y el 42% completó otro cuestionario, incluidas las afecciones pulmonares diagnosticadas por un médico y un examen clínico, entre 2012 y 2016
Los investigadores han establecido el vínculo entre la bronquitis infantil y el problema pulmonar adulto al encuestar a los participantes originales cuando se unieron al estudio. Luego, se ha seguido a los participantes durante un promedio de 46 años y el 42% completó otro cuestionario, incluidas las afecciones pulmonares diagnosticadas por un médico y un examen clínico, entre 2012 y 2016.
Al categorizar a los participantes en grupos según el número y la duración de los episodios de "bronquitis" y/o "tos floja, estertorosa o torácica", descubrieron que cuanto más a menudo un médico diagnosticaba a un participante con neumonía y asma, más probable era que el participante tuviera bronquitis cuando era niño.
"En comparación con la mayoría que nunca tuvo bronquitis, hubo un aumento incremental en el riesgo de asma y neumonía posteriores que se fortalecieron cuanto más a menudo una persona había sufrido bronquitis cuando era niño, y especialmente si tenía episodios recurrentes que se prolongaron durante al menos un mes de duración. Es notable que el vínculo con el asma activa del adulto posterior se observó en los participantes que no tenían asma o sibilancias coexistentes en la infancia, y recientemente se observó un hallazgo similar en un metanálisis muy grande de niños en edad escolar que había tenido una infección del tracto respiratorio inferior durante la primera infancia", ha sentenciado la investigadora.