La enfermedad de Crohn es una afección inflamatoria crónica del intestino, para la que se carece de biomarcadores sencillos y eficaces antes del diagnóstico. En este sentido, un estudio internacional ha descubierto que un anticuerpo detectable en sangrepredice la enfermedad de Crohn grave y es detectable hasta siete años antes del diagnóstico de la enfermedad.
"Nuestro equipo ha identificado un biomarcador serológico de la enfermedad de Crohn que también participa en su patogénesis y que se produce años antes de que la enfermedad muestre todo su espectro clínico. El actual arsenal terapéutico que provoca la remisión en los pacientes de Crohn es bueno, pero adolece de limitaciones. Un biomarcador o indicadores predictivos para guiar las intervenciones son una necesidad clínica", afirma Arthur Mortha, líder de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'Gastroenterology'.
El biomarcador de la enfermedad de Crohn complicada es un anticuerpo producido por las células secretoras de anticuerpos del intestino. Estos anticuerpos impiden la comunicación entre las células inmunitariasintestinales al unirse y bloquear la función de una proteína llamada citoquina. Esta citoquina mantiene el equilibrio inmunitario en el intestino al promover la inmunidad protectora y antimicrobiana.
Estos anticuerpos neutralizaban los efectos protectores de la citocina y alteraban la homeostasis intestinal
Mortha y sus colegas demostraron que en un gran subconjunto de pacientes de Crohn, estos anticuerpos neutralizaban los efectos protectores de la citocina y alteraban la homeostasis intestinal. Esos cambios eran detectables en la sangre de los pacientes años antes del diagnóstico y conducían a un debilitamiento del sistema inmunitario que, con el tiempo, provocaba daños en la parte inferior del intestino delgado, una afección conocida como enfermedad de Crohn ileal complicada.
Los investigadores utilizaron muestras de sangre del Depósito de Suero del Departamento de Defensa de los Estados Unidos para identificar y caracterizar el biomarcador. Estudiaron las muestras recogidas anualmente durante una década de 220 militares que desarrollaron Crohn y las compararon con pacientes con colitis ulcerosa y cientos de controles sanos.
El biomarcador predijo con rotundidad el riesgo de padecer un Crohn ileal complicado, aunque no todos los pacientes con el anticuerpo mostraban exactamente la misma forma y gravedad de la enfermedad, lo que, según Mortha, pone de manifiesto la naturaleza multifactorial de la afección. El biomarcador estaba presente en aproximadamente una cuarta parte de los pacientes que desarrollaron Crohn.
Y lo que es más importante, el equipo también descubrió que podía preservar los efectos protectores de la citocina manipulando sus características bioquímicas. Las versiones modificadas de la citocina con características bioquímicas mejoradas pueden hacerse prácticamente invisibles a los anticuerpos.
"Nuestro sistema nos permite ver cómo los anticuerpos de cada paciente neutralizan específicamente la citocina. Ahora estamos diseñando citocinas que pueden escapar a la neutralización de estos anticuerpos en cada paciente. Este enfoque podría permitir terapias altamente personalizadas que reviertan los efectos paralizantes de los anticuerpos y restablezcan el equilibrio inmunitario en el intestino", detalla Mortha.