La reducción del riesgo de enfermedad o muerte gracias al ejercicio gracias se estabiliza a niveles más altos de actividad física en personas sanas, pero en aquellas que padecen enfermedades cardiovasculares no hay un límite superior de actividad física más allá del cual no hay más beneficios, según un nuevo estudio publicado en la revista PLOS Medicine.
No se sabe muy bien cómo afecta el estado de salud cardiovascular a la asociación entre la actividad física y los resultados de salud. Para investigarlo, Thijs Eijsvogels, del Centro Médico de la Universidad de Radboud (Países Bajos), y sus colegas, utilizaron datos recopilados prospectivamente del estudio de cohortes Lifelines, una cohorte basada en la población de 167.729 individuos que viven en el norte de los Países Bajos.
Compararon la relación entre la actividad física y los principales acontecimientos cardiovasculares adversos, así como la mortalidad por todas las causas en individuos sanos, individuos con niveles elevados de factores de riesgo cardiovascular e individuos con enfermedades cardiovasculares.
Los beneficios del ejercicio en pacientes con enfermedades cardiacas pueden ser ilimitados
Descubrieron que el aumento de la actividad física reducía el riesgo de mortalidad en todos los grupos. Sin embargo, los beneficios para la salud parecían estabilizarse a partir de un determinado volumen de actividad física en individuos sanos y con factores de riesgo cardiovascular.
En el caso de los pacientes con enfermedades cardiovasculares, los investigadores no encontraron pruebas de un límite superior de actividad física por encima del cual no se obtuvieran más beneficios para la salud. El estudio fue limitado en el sentido de que se basó en los datos de actividad física autodeclarados por los participantes, por lo que se necesitan investigaciones futuras para validar más los hallazgos.
Según los autores, "estos resultados sugieren que se debería animar a los pacientes con enfermedades cardiovasculares a que 'más es mejor' en lo que respecta a la actividad física. Las recomendaciones de actividad física no deben seguir un enfoque de 'una guía para todos', sino que subrayan la necesidad de una medicina de precisión en la que la prescripción de actividad física puede depender, entre otros factores, del estado de salud cardiovascular del individuo".