Las recomendaciones sobre la ingesta diaria de líquidos varían entre 1,6 y 2,1 litros para las mujeres y entre 2 y 3 litros para los hombres. Sin embargo, los estudios realizados en todo el mundo han demostrado que muchas personas no alcanzan ni siquiera los extremos inferiores de estos rangos. Mantenerse bien hidratado puede estar asociado con un menor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca, según han evidenciado investigadores de los Institutos Nacionales de Salud del Reino Unido en un estudio publicado en el 'European Heart Journal'.
"Al igual que reducir el consumo de sal, beber suficiente agua y mantenerse hidratado son formas de apoyar a nuestros corazones y pueden ayudar a reducir los riesgos a largo plazo de enfermedades del corazón", han señalado los expertos.
Después de realizar una investigación preclínica que sugirió conexiones entre la deshidratación y la fibrosis cardiaca, un endurecimiento de los músculos del corazón, los investigadores buscaron asociaciones similares en estudios de población a gran escala. Para empezar, analizaron datos de más de 15.000 adultos, de 45 a 66 años de edad, que se inscribieron en el estudio Riesgo de aterosclerosis en las comunidades (ARIC) entre 1987 y 1989 y compartieron información de visitas médicas durante un período de 25 años.
Al seleccionar a los participantes para su revisión retrospectiva, los científicos se enfocaron en aquellos cuyos niveles de hidratación estaban dentro de un rango normal y que no tenían diabetes, obesidad o insuficiencia cardiaca al comienzo del estudio.
Aproximadamente 11.814 adultos se incluyeron en el análisis final y, de ellos, los investigadores encontraron que 1.366 (11,56 %) desarrollaron posteriormente insuficiencia cardiaca.
Para evaluar los posibles vínculos con la hidratación, el equipo evaluó el estado de hidratación de los participantes mediante varias medidas clínicas. Observar los niveles de sodio sérico, que aumenta a medida que disminuyen los niveles de fluidos del cuerpo, fue especialmente útil para ayudar a identificar a los participantes con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca.
También ayudó a identificar a los adultos mayores con un mayor riesgo de desarrollar tanto insuficiencia cardiaca como hipertrofia ventricular izquierda, un agrandamiento y engrosamiento del corazón. "La ingesta de líquidos y sodio sérico se puede evaluar fácilmente en exámenes clínicos y ayudar a los médicos a identificar a los pacientes que pueden beneficiarse al conocer formas de mantenerse hidratados", han enfatizado los expertos.