Un equipo de Estados Unidos ha logrado con éxito salvar la vida a un hombre con infección cutánea diseminada refractaria por una bacteria multirresistente a través del virus bacteriófago 'Muddy', según publica la revista 'Nature'.
Se trata de un paciente con 56 años que ingresó en el hospital Brigham de Mujeres, en Boston (Estados Unidos) con 'Mycobacterium chelonae' ('M. chelonae'). Las infecciones por 'M. chelonae' multirresistentes suponen un reto para el tratamiento, y las terapias antimicrobianas prolongadas conducen a toxicidades significativas y a una mayor resistencia antimicrobiana.
Ante este problema cada vez más creciente, la solución puede residir en los conocidos como bacteriófagos, organismos omnipresentes en el medio ambiente con la capacidad de infectar y matar huéspedes bacterianos.
De hecho, la terapia con bacteriófagos utilizando un cóctel de múltiples aislados de fagos se ha utilizado recientemente con éxito para el tratamiento de infecciones bacterianas resistentes, incluidas las infecciones por micobacterias no tuberculosas multirresistentes, junto con la terapia antibiótica tradicional.
AFECTA MÁS A PACIENTES INMUNODEPRIMIDOS
Precisamente, tal y como se describe el estudio, la enfermedad cutánea diseminada se produce con mayor frecuencia en pacientes inmunodeprimidos, incluidos aquellos que han sido sometidos a un trasplante de órganos sólidos o con trastornos autoinmunes que reciben tratamiento con corticosteroides o inmunoterapia. Es el caso de este paciente, que padece artritis seronegativa y se encontraba en inmunoterapia con tofacitinib. Asimismo, también presentaba antecedentes de enfermedad renal crónica en estadio II.
Tras acudir a una clínica dermatológica en enero de 2020 por unas nuevas lesiones nodulares en la extremidad superior izquierda; así como por pérdida de peso, sudoración nocturna, mialgias y fatiga, fue ingresado en febrero por un empeoramiento de dichos síntomas. Tras el diagnóstico de 'M. chelonae' mediante un cultivo, comenzó un tratamiento con antibióticos cuyas toxicidades empeoraron su estado y le llevaron a diferentes cambios en el tratamiento.
Así las cosas, el 15 de junio de 2021 comenzó la terapia bacteriofágica intravenosa dos veces al día con una dosis de 109 unidades formadoras de placas por dosis de 'Muddy', junto con su terapia antimicrobiana anterior.
El 18 de junio de 2021, tras recibir el alta hospitalaria, se le controló con una exploración y pruebas de laboratorio semanales, incluyendo un panel metabólico básico, pruebas de función hepática y un recuento sanguíneo completo con diferencial, y se observó que estaba bien, sin ningún efecto adverso y con marcadores de laboratorio estables.
De hecho, sus lesiones cutáneas mejoraron significativamente durante las dos primeras semanas de tratamiento y continuaron mostrando una mejora constante durante los meses siguientes, con una disminución de la inflamación y la nodularidad.
Dada su marcada mejoría y la ausencia de efectos adversos, el paciente ha continuado con la terapia bacteriófaga intravenosa. Ha tenido brotes intermitentes de su artritis seronegativa y se ha planificado una terapia inmunosupresora adicional con la preocupación de que la alteración del sistema inmunitario del huésped pueda afectar al control de la infección, por lo que se ha continuado con el bacteriófago y los antibióticos.
Hasta hoy, este es el primer caso de una infección humana por 'M. chelonae' tratada con un bacteriófago, y el primer caso de tratamiento con un solo fago para una infección por microbacterias. Se trata de una opción terapéutica prometedora para las infecciones multirresistentes, aunque es vital mejorar la comprensión de la seguridad, los factores que impulsan el desarrollo de la resistencia bacteriana y la importancia clínica de la neutralización de los fagos mediada por anticuerpos para avanzar en esta opción terapéutica para los pacientes.