Medir los niveles de oxígeno en la sangre en casa es una forma segura de que las personas con COVID-19 detecten los signos de que su salud podría estar deteriorándose y de que podrían necesitar atención de urgencia y hospitalaria, según una nueva investigación dirigida por el Imperial College de Londres, publicada en la revista 'Lancet Digital Health'.
Los oxímetrosde pulso son dispositivos de bajo coste y ampliamente disponibles que emiten luz a través del dedo de una persona para evaluar su saturación de oxígeno en sangre. La evidencia ha demostrado que un descenso en los niveles de oxígeno en sangre es un indicador fundamental de que la salud de un paciente con COVID-19 se está deteriorando y puede necesitar una vigilancia más estrecha y un tratamiento urgente.
La investigación examinó 13 estudios con casi 3.000 participantes en cinco países (Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Singapur y Brasil), la mayoría de los cuales se llevaron a cabo durante la primera oleada pandémica
Dirigido por el Instituto de Innovación en Salud Global del Imperial, el estudio llevó a cabo la primera revisión exhaustiva de la evidencia de la oximetría de pulso y su potencial en la monitorización domiciliaria de las personas con COVID-19.
La investigación examinó 13 estudios con casi 3.000 participantes en cinco países (Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Singapur y Brasil), la mayoría de los cuales se llevaron a cabo durante la primera oleada pandémica.
Los científicos descubrieron que, con orientación médica, la oximetría de pulso en el hogar puede actuar como una red de seguridad, reduciendo los ingresos innecesarios en urgencias y en el hospital para los pacientes que pueden permanecer con seguridad en el hogar, al tiempo que detecta los signos tempranos de deterioro y aumenta la atención en aquellos que lo necesitan. Esto ayudaría a ahorrar recursos y a reducir la posible propagación del virus por contacto en los centros sanitarios.
Sin embargo, los investigadores señalan la falta de estudios sobre pacientes de piel oscura, en los que la oximetría puede ser menos precisa que en las personas de raza blanca. A partir de sus resultados, los investigadores proponen una serie de recomendaciones clave que pueden ayudar a normalizar el uso de la oximetría en la monitorización de COVID-19 en el hogar.
Así, el estudio recomienda el uso de un punto de corte definido en los niveles de oxígeno en sangre (92%), lo que permitirá a los profesionales sanitarios determinar cuándo un paciente debe acudir al hospital para recibir tratamiento o si pueden descartar la necesidad de más cuidados en ese momento.
El doctor Ahmed Alboksmaty, investigador asociado del Instituto de Innovación Sanitaria Mundial, comenta que "a lo largo de la pandemia, la preocupación del público ha pasado de '¿Tengo COVID?' a 'Si tengo COVID, ¿necesito ir al hospital?'. Nuestro estudio demuestra que las personas con COVID-19 pueden vigilar con seguridad sus niveles de oxígeno en la sangre en casa utilizando la oximetría de pulso. Si sus niveles de oxígeno descienden por debajo de un determinado punto, esto indica que necesitan buscar atención médica profesional"
"La oximetría de pulso es fácil de usar por uno mismo, tiene un coste asequible, está ampliamente disponible y, como hemos demostrado, es una forma útil de identificar el deterioro de la salud en los pacientes con COVID-19", sugiere.
"La oximetría de pulso es fácil de usar por uno mismo, tiene un coste asequible, está ampliamente disponible y, como hemos demostrado, es una forma útil de identificar el deterioro de la salud en los pacientes con COVID-19"
Algunos teléfonos inteligentes y aplicaciones móviles también tienen la capacidad de medir los niveles de oxígeno en la sangre, que los investigadores identifican como una herramienta de monitoreo potencialmente ampliamente accesible. Sin embargo, aunque algunos estudios han informado de una precisión similar a la de los oxímetros de pulso tradicionales, los investigadores concluyeron que aún no hay pruebas suficientes para recomendar su uso para la monitorización clínica.
El estudio también identificó otras lagunas en las pruebas actuales, en particular datos insuficientes para determinar si la pulsioximetría puede mejorar las perspectivas de salud de los pacientes.
La doctora Ana Luisa Neves, investigadora avanzada del Instituto de Innovación en Salud Global, resalta que esta investigación "ha demostrado cómo el uso de la pulsioximetría en la monitorización remota de los pacientes podría ayudar a aliviar las tensiones de los sistemas sanitarios durante la pandemia de COVID-19".
"Sin embargo --puntualiza--, es vital garantizar que se aborde la actual falta de investigación en poblaciones racial y étnicamente diversas. Por lo tanto, es fundamental prestar apoyo para garantizar que esta tecnología reduzca, en lugar de afianzar, las desigualdades sanitarias existentes".