El aumento de los niveles de grasa en la sangre de las personas con diabetes de tipo 2 (nivel de azúcar en la sangre superior a 200 miligramos por decilitro) y obesidad es más perjudicial de lo que se pensaba, según un nuevo estudio de la Universidad de Leeds, Reino Unido.
En los pacientes con enfermedades metabólicas, los niveles elevados de grasa en la sangre crean estrés en las células musculares, una reacción a los cambios externos a la célula que dañan su estructura y función. Ahora se ha descubierto que estas células estresadas emiten una señal que puede transmitirse a otras células.
Las señales conocidas como ceramidas, pueden tener un beneficio protector a corto plazo, ya que forman parte de un mecanismo diseñado para reducir el estrés en la célula. Pero en las enfermedades metabólicas, que son de larga duración, las señales pueden matar las células, agravar los síntomas y empeorar la enfermedad.
En el año 2016 había más de 650 millones de adultos con obesidad
Se sabe desde hace tiempo que el aumento de la grasa en la sangre daña los tejidos y órganos, contribuyendo al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, incluida la diabetes de tipo 2. La enfermedad puede ser causada por la obesidad, cuyas tasas casi se han triplicado en todo el mundo, en el año 2016, había más de 650 millones de adultos con obesidad.
"Aunque esta investigación se encuentra en una fase inicial, nuestro descubrimiento puede constituir la base de nuevas terapias o enfoques terapéuticos para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como la diabetes, en personas con grasas sanguíneas elevadas en la obesidad", explica el líder del estudio, Lee Roberts, catedrático de Fisiología Molecular y Metabolismo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds.
En el laboratorio, el equipo reprodujo los niveles de grasa en sangre observados en humanos con enfermedades metabólicas exponiendo las células del músculo esquelético a un ácido graso llamado palmitato. Las células comenzaron a transmitir la señal de la ceramida.
Cuando estas células se mezclaron con otras que no habían sido expuestas previamente a las grasas, los investigadores descubrieron que se comunicaban entre sí, transportando la señal en paquetes llamados vesículas extracelulares.
El experimento se reprodujo en voluntarios humanos con enfermedades metabólicas y dio resultados comparables. Los resultados aportan un punto de vista completamente nuevo sobre la respuesta de las células al estrés, con importantes consecuencias para nuestra comprensión de ciertas enfermedades metabólicas, entre ellas la obesidad.
"Esperamos que los resultados de nuestra investigación abran una nueva vía de investigación para ayudar a abordar esta creciente preocupación", concluye el investigador.