El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha liderado un estudio en el que ha determinado que los menores que viven en zonas con mayor contaminación atmosférica por partículas PM2,5 y con escasez de espacios verdes podrían tener hasta un 62% más de riesgo de desarrollar TDAH.
La revista 'Environment International' ha publicado los resultados del trabajo que han elaborado con datos de 37.000 menores de Vancouver (Canadá), ha informado el centro impulsado por la Fundación la Caixa en un comunicado este jueves.
Los menores que viven en zonas más verdes y menos contaminadas tienen un 50% menos de riesgo de desarrollar uno de los trastornos del neurodesarrollo "más prevalentes"
Por el contrario, los menores que viven en zonas más verdes y menos contaminadas tienen un 50% menos de riesgo de desarrollar uno de los trastornos del neurodesarrollo "más prevalentes", que afecta hasta a aproximadamente entre un 5 y un 10% de la población infantil y adolescente.
El equipo científico identificó 1.217 casos de TDAH, lo que equivale a un 4,2% de la población total del estudio, y el análisis de los espacios verdes reveló que los participantes que vivían en zonas con un mayor porcentaje de vegetación tenían un menor riesgo de TDAH.
Los resultados muestran que un aumento del 12% en el porcentaje de vegetación se asoció con una reducción del 10% en el riesgo de TDAH
Más concretamente, los resultados muestran que un aumento del 12% en el porcentaje de vegetación se asoció con una reducción del 10% en el riesgo de TDAH.
En cuanto a la contaminación atmosférica, han observado la asociación contraria con las PM2,5: los participantes con una mayor exposición a las partículas finas tuvieron un mayor riesgo de TDAH --cada 2,1 microgramos de aumento en los niveles de PM2,5 se tradujo en un aumento del 11% en el riesgo de TDAH--.