La 75ª Asamblea Mundial de la Salud ha acordado financiar de forma sostenible a la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumentando de forma gradual las contribuciones de forma que en el ejercicio presupuestario 2030-2031 representen el 50% del presupuesto básico del organismo, en contra del 16% que ha representado en el ejercicio 2020-2021.
Este compromiso significa que para 2028-2029, la OMS vería un aumento de aproximadamente unos 561 millones de euros (600 millones de dólares) al año en la parte de sus ingresos que provienen de las fuentes "más sostenibles".
"Esta decisión aborda de frente el desafío que la OMS ha enfrentado durante décadas en cuanto a una financiación predecible, flexible y sostenible. Cumplir con el objetivo que han acordado hoy significará que nuestros estados miembros están empoderando a la OMS para cumplir con sus expectativas y cumplir verdaderamente nuestro mandato como la principal autoridad mundial en salud", ha dicho el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
"Cumplir con el objetivo que han acordado hoy significará que nuestros estados miembros están empoderando a la OMS para cumplir con sus expectativas y cumplir verdaderamente nuestro mandato"
Asimismo, los estados miembros se han comprometido a explorar la viabilidad de un mecanismo de reposición para ampliar la base de financiamiento y han solicitado a la Secretaría de la OMS que cree un grupo de trabajo para fortalecer la gobernanza de la OMS, el cual deberá hacer recomendaciones sobre transparencia, eficiencia, rendición de cuentas y cumplimiento, así como que las contribuciones vayan acompañadas de más reformas en el funcionamiento de la organización.
Y es que, muchos expertos han avisado de que el actual modelo de financiación de la OMS representa un riesgo para la integridad y la independencia de su trabajo. La dependencia excesiva de la OMS de las contribuciones voluntarias, con una gran proporción asignada a áreas de trabajo específicas, da como resultado un "desajuste continuo" entre las prioridades organizacionales y la capacidad para financiarlas.
"Se trata nada menos que del futuro papelde la OMS en la salud mundial. Incluso más allá de eso, se trata de lo que prevemos para la arquitectura mundial de la salud: una gobernanza mundial de la salud menos fragmentada, mejor coordinada, más eficiente y verdaderamente inclusiva con una OMS fundamentalmente fortalecida en su centro como autoridad líder y coordinadora habilitada", ha zanjado el subdirector de la división de salud global del Ministerio Federal de Salud de Alemania y presidente del Grupo de Trabajo de la OMS sobre Financiamiento Sostenible, Björn Kümmel.