Las autoridades de República Democrática del Congo han iniciado el proceso de vacunación contra el ébola este miércoles en la provincia de Kivu del Norte, en el noroeste del país, donde se registró el pasado viernes un caso de la enfermedad, haciendo saltar todas las alarmas menos de medio año después de declararse el fin del anterior brote.
El caso confirmado el pasado 8 de octubre era un niño de dos años que murió el 6 de octubre en un centro sanitario local y que vivía en la misma comunidad donde tres miembros de la misma familia murieron en septiembre tras experimentar síntomas similares a los del ébola.
Tras la confirmación, los mecanismos de prevención se han puesto en marcha en el país africano, y las personas de alto riesgo, incluidos los contactos del caso confirmado y los primeros intervienientes, recibirán la inoculación.
En este sentido, las autoridades trabajan para frenar la propagación del virus, por lo que desde la capital, Kinsasa, se han enviado unas 1.000 dosis de la vacuna contra el ébola y otros suministros médicos a la ciudad de Goma, en Kivu del Norte, y unas 200 dosis a la ciudad de Beni, cercana al área sanitaria de Butsili, donde se detectó el caso confirmado.
Los profesionales sanitarios están utilizando el método de "vacunación en anillo", en el que se vacuna a los contactos y a los contactos de los contactos.
República Democrática del Congo cuenta con más de 12.000 dosis de vacunas en Kinsasa que pueden distribuirse en caso necesario. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha informado este miércoles en un comunicado de que 15 trabajadores de la agencia se han desplegado a Beni, entre ellos un experto en prevención de la explotación y el abuso sexuales. La agencia confirmó hace unas semanas que durante la anterior gestión de la crisis del ébola en la nación africana se produjeron abusos sexuales por parte de sus trabajadores.
"El ébola es un virus virulento y letal que puede propagarse de forma agresiva y rápida. Pero las vacunas pueden crear un cortafuegos de protección alrededor de los casos, deteniendo la cadena de transmisión, evitando un brote potencialmente grande y salvando muchas vidas"
El trabajo de los equipos de respuesta de emergencia, en coordinación con la OMS, es rastrear los contactos, descontaminar los espacios infectados e intensificar la vigilancia y las pruebas. Ya se han identificado más de 170 contactos que están siendo vigilados.
La OMS ha liberado 200.000 dólares (casi 173.000 euros) a través de su Fondo de Contingencia para Emergencias para apoyar a las autoridades congoleñas y ha enviado suministros de respuesta por valor de cinco toneladas, que incluyen productos terapéuticos, equipos de protección personal y material de laboratorio.
"El ébola es un virus virulento y letal que puede propagarse de forma agresiva y rápida. Pero las vacunas pueden crear un cortafuegos de protección alrededor de los casos, deteniendo la cadena de transmisión, evitando un brote potencialmente grande y salvando muchas vidas", ha abogado el director regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti.
Moeti también ha alabado que "República Democrática del Congo está encabezando los esfuerzos para detener este último resurgimiento del ébola, apoyándose en la experiencia adquirida en la respuesta a brotes anteriores".
La OMS declaró el pasado 3 de mayo el fin del entonces último brote de ébola detectado en República Democrática del Congo, en la misma provincia de Kivu Norte. Se trataba del fin de un brote que comenzó en febrero de este año y se saldó con once casos y uno probable, seis muertos y seis recuperados.
La respuesta a aquel brote, el duodécimo en RDC, se coordinó entre las autoridades sanitarias de Kivu Norte y los socios de la OMS.
El décimo brote de ébola en RDC, que tuvo lugar entre 2018 y 2020, fue el más letal, con 3.481 casos, 2.299 muertes y 1.162 supervivientes.