Investigadores del Grupo de Neurobiología de las Demencias y La Unidad de Memoria del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau - IIB Sant Pau, participantes en un estudio internacional sobre la enfermedad de Alzheimer, han concluido la presencia de dos nuevos genes que se asocian a un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio, publicado en la revista científica 'Nature Genetics', está basado en datos de más de 32.000 genomas completos de pacientes con enfermedad de Alzheimer y controles sanos, lo que representa el mayor estudio hasta la fecha en esta patología. En la investigación han participado, además del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau - IIB Sant Pau, el Amsterdam University Medical Centers, en Países Bajos; el Instituto Pasteur de Lille y la Universidad de Rouen Normandie, ambos en Francia.
La conclusión del estudio ha determinado qué variantes genéticas raras en cinco genes (SORL1, ABCA7, TREM2, ATP8B4 y ABCA1) se asocian a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. "Si bien esto ya se sabía para los primeros tres genes, el hallazgo de que las alteraciones genéticas dañinas en ATP8B4 y ABCA1 pueden conducir a la enfermedad de Alzheimer no se había observado previamente", ha señalado Oriol Dols-Icardo, uno de los autores del estudio en el IIB Sant Pau.
Del mismo modo, los investigadores han encontrado que las mutaciones dañinas en un sexto gen, ADAM10, muy probablemente también conducirán a un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, observaron muy pocas personas con mutaciones en este gen, por lo que esta asociación tendrá que confirmarse mediante la comparación en una población genómica mayor de pacientes y controles sanos para poder clasificar a ADAM10 como un 'gen de Alzheimer', según indica Dols-Icardo.
NUEVOS GENES, MISMAS FUNCIONES
Los genes identificados en este estudio están involucrados en el mantenimiento de la adecuada salud cerebral, y la degradación en cualquiera de ellos resultan indicador de un proceso patológico asociado al Alzheimer.
Los genes asociados a la enfermedad del Alzheimer que se habían descubierto con anterioridad (SORL1, ABCA7 y TREM2) están relacionados con el sistema inmunitario del cerebro o el procesamiento de las proteínas B-amoide por parte de las neuronas.
Se considera que entre un 60% y un 80% del riesgo de la enfermedad de Alzheimer tiene su origen en factores genéticos, cifra que se elava al 90% en casos de inicio temprano
En la misma línea actuarían los genes recién descubiertos. El gen ABCA1 salvaguarda niveles saludables de colesterol y fosfolípidos en las células del cerebro y se relaciona con niveles más bajos de proteína amiloide agregada, cuya acumulación en placas es una señal significativa de la presencia de la enfermedad de Alzheimer.
Respecto al segundo ‘gen de Alzheimer’ descubierto en el estudio, el gen ATB8B4, su funcionalidad se centra en el transporte de fosfolípidos, eminentemente en las células inmunitarias cerebrales.
Por su parte, el gen ADAM10 tiene un rol principal en el procesamiento de la proteína precursora de B-amiloide, en concreto, realizando una labor que evita la formación de esta proteína.
Para el investigador del IIB Sant Pau, Dols-Icardo, la clave reside en la posibilidad de poner el foco sobre estos genes como potenciales dianas terapéuticas, puesto que estos genes identificados en conjunto constituyen los mecanismos moleculares que se observan más afectados en los pacientes de Alzheimer, lo que contribuye a mejorar el conocimiento en las bases biológicas de esta enfermedad.
Se considera que entre el 60% y el 80% del riesgo de la enfermedad de Alzheimer tiene su origen en factores genéticos. Esta cifra se eleva al 90% en los casos de inicio temprano de la enfermedad (desarrollada antes de los 65 años). De esta manera, para ayudar a estratificar mejor el riesgo de esta enfermedad en el futuro el genoma único se presenta como una herramienta clave en la que continuar avanzando en la lucha contra esta enfermedad.