Las personas que tienen una necesidad obsesiva de consultar constantemente las noticias son más propensas a sufrir estrés, ansiedad y mala salud física, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Health Communication'.
Durante los dos últimos años hemos vivido una serie de acontecimientos mundiales preocupantes, desde la pandemia de COVID hasta la invasión de Rusia en Ucrania, pasando por protestas a gran escala, tiroteos masivos e incendios forestales devastadores. Para muchas personas, leer malas noticias puede hacernos sentir temporalmente impotentes y angustiados.
Para otros, estar expuestos a un ciclo de noticias de 24 horas con acontecimientos que evolucionan continuamente puede tener graves repercusiones en el bienestar mental y físico, como demuestran estos nuevos hallazgos, publicados hoy, en los que aquellos que tienen un alto nivel de adicción a las noticias informan de un "bienestar físico significativamente mayor".
"Presenciar el desarrollo de estos acontecimientos en las noticias puede provocar un estado de alerta constante en algunas personas, poniendo en marcha sus motivos de vigilancia y haciendo que el mundo parezca un lugar oscuro y peligroso", afirma Bryan McLaughlin, profesor asociado de publicidad en la Facultad de Medios y Comunicación de la Universidad Tecnológica de Texas (Estados Unidos).
"Para estos individuos, puede desarrollarse un círculo vicioso en el que, en lugar de desconectarse, se sienten más atraídos, obsesionándose con las noticias y buscando actualizaciones a todas horas para aliviar su angustia emocional, prosigue. Pero no sirve de nada, y cuanto más consultan las noticias, más empiezan a interferir en otros aspectos de su vida".
Para estudiar este fenómeno, conocido coloquialmente como adicción a las noticias, McLaughlin y sus colegas, la doctora Melissa Gotlieb y el doctor Devin Mills, analizaron los datos de una encuesta en línea realizada a 1.100 adultos estadounidenses.
En la encuesta, se preguntó a los encuestados hasta qué punto estaban de acuerdo con afirmaciones como "me absorben tanto las noticias que me olvido del mundo que me rodea", "mi mente está frecuentemente ocupada con pensamientos sobre las noticias", "me resulta difícil dejar de leer o ver las noticias" y "a menudo no presto atención en la escuela o el trabajo porque estoy leyendo o viendo las noticias".
El 73,6% de las personas con niveles graves de consumo problemático de noticias declararon haber experimentado síntomas de enfermedad mental "bastante" o "mucho"
También se preguntó a los encuestados con qué frecuencia experimentaban sentimientos de estrés y ansiedad, así como dolencias físicas como fatiga, dolor físico, falta de concentración y problemas gastrointestinales.
Los resultados revelaron que el 16,5% de las personas encuestadas mostraban signos de consumo de noticias "gravemente problemático". Con frecuencia, estas personas se sumergen tanto en las noticias y se involucran personalmente en ellas que dominan sus pensamientos durante la vigilia, interrumpen el tiempo con la familia y los amigos, dificultan la concentración en la escuela o el trabajo y contribuyen a la inquietud y la incapacidad para dormir.
Tal vez no resulte sorprendente que las personas con niveles más altos de consumo problemático de noticias fueran significativamente más propensas a experimentar malestar mental y físico que las que tenían niveles más bajos, incluso cuando se controlaban los datos demográficos, los rasgos de personalidad y el uso general de las noticias.
Cuando se preguntó a los participantes en la encuesta con qué frecuencia habían experimentado síntomas de salud mental o de enfermedad física durante el último mes, los resultados mostraron que el 73,6% de las personas con niveles graves de consumo problemático de noticias declararon haber experimentado síntomas de enfermedad mental "bastante" o "mucho", mientras que los síntomas frecuentes sólo fueron declarados por el 8% de todos los demás participantes en el estudio.
Además, el 61% de las personas con niveles graves de consumo problemático de noticias declararon haber experimentado un malestar físico "bastante" o "mucho", en comparación con el 6,1% de los demás participantes en el estudio.
Según McLaughlin, los resultados muestran que es necesario realizar campañas de alfabetización mediática para ayudar a las personas a desarrollar una relación más sana con las noticias. "Aunque queremos que la gente siga participando en las noticias, es importante que tenga una relación más sana con ellas", afirma.
Además, el estudio también reclama la necesidad de un debate más amplio sobre cómo la industria periodística puede estar alimentando el problema
"En la mayoría de los casos, el tratamiento de las adicciones y las conductas compulsivas se centra en el cese completo de la conducta problemática, ya que puede ser difícil realizarla con moderación --prosigue--. En el caso del consumo problemático de noticias, la investigación ha demostrado que los individuos pueden decidir dejar, o al menos reducir drásticamente, su consumo de noticias si perciben que está teniendo efectos adversos en su salud mental".
Explica que, "por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que los individuos que se dieron cuenta y se preocuparon por los efectos adversos que su constante atención a la cobertura sensacionalista del COVID-19 estaba teniendo en su salud mental, informaron que tomaron la decisión consciente de desconectarse".
"Sin embargo, la desconexión no sólo se produce a expensas del acceso del individuo a información importante para su salud y seguridad, sino que también socava la existencia de una ciudadanía informada, lo que tiene implicaciones para el mantenimiento de una democracia saludable. Por eso, una relación sana con el consumo de noticias es una situación ideal", recuerda.
"Las presiones económicas a las que se enfrentan los medios de comunicación, junto con los avances tecnológicos y el ciclo de noticias de 24 horas, han animado a los periodistas a centrarse en la selección de historias "noticiables" que atraigan la atención de los consumidores de noticias", afirma McLaughlin.
"Sin embargo, para ciertos tipos de personas, el conflicto y el drama que caracterizan a las historias noticiables no sólo captan su atención y los atraen, sino que también pueden conducir a una relación desadaptativa con las noticias", añade. Así, los resultados de nuestro estudio ponen de relieve que las presiones comerciales a las que se enfrentan los medios de comunicación no sólo son perjudiciales para el objetivo de mantener una democracia sana, sino que también pueden serlo para la salud de los individuos".