Las mujeres a las que se les pidió que abrazaran a su pareja antes de someterse a una experiencia estresante tuvieron una menor respuesta biológica al estrés -como indican los niveles de la hormona del estrés cortisol en la saliva- en comparación con las que no abrazaron a su pareja. Este efecto no se observó en los hombres, según un nuevo estudio publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS ONE'.
En algunos contextos, el contacto social puede amortiguar el estrés. Investigaciones anteriores han demostrado que los masajes, los abrazos combinados con la toma de manos y los abrazos combinados con la comunicación afectiva pueden reducir los signos de estrés en las mujeres. Sin embargo, pocos estudios han investigado estos efectos en los hombres, ni han explorado los efectos de los abrazos breves por sí solos.
Para explorar los posibles efectos reductores del estrés de los abrazos, Gesa Berretz, de la Universidad del Ruhr de Bochum (Alemania), y sus colegas llevaron a cabo un análisis de 76 personas en relaciones románticas.
Todos los participantes se sometieron a una prueba que inducía al estrés y en la que se les pidió que mantuvieran una mano en un baño de agua helada durante tres minutos mientras eran observados y mantenían contacto visual con una cámara.
Antes de esta prueba, la mitad de las parejas recibieron instrucciones de abrazarse, y las otras no se abrazaron. Los investigadores midieron varios indicadores de estrés, incluidos los niveles de cortisol salival de los participantes, antes y después del experimento.
El análisis estadístico reveló que las mujeres que abrazaron a su pareja tuvieron una respuesta de cortisol más baja a la prueba de estrés que las mujeres que no abrazaron a su pareja. Sin embargo, en el caso de los hombres, no se observó ninguna relación entre el abrazo y la respuesta de cortisol inducida por el estrés. Otras medidas de estrés, como los cambios en la presión arterial y el estado emocional, no mostraron ninguna asociación con el abrazo de la pareja.
Estos resultados sugieren que un breve abrazo con una pareja romántica podría reducir posteriormente la respuesta de cortisol de las mujeres que se enfrentan a situaciones sociales estresantes, como exámenes escolares, entrevistas de trabajo o presentaciones. Otras investigaciones podrían estudiar si este beneficio se extiende a los abrazos con amigos platónicos.
Los autores también piden que se investiguen los efectos relacionados con la pandemia del COVID-19. Tales investigaciones podrían explorar si las restricciones sociales que redujeron el contacto social pueden estar asociadas con los aumentos observados en el estrés y la depresión durante la pandemia.