Hasta el 95 por ciento de los pacientes que consumen opioides en España está controlado por su médico, según han explicado expertos en la I Jornada Internacional del Grupo de Trabajo de Opioides, organizada por la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR).
Todos ellos han puesto sobre la mesa la problemática que puede suponer un consumo extendido y descontrolado de opioides como el que se está dando en estos momentos en Estados Unidos. Un ejemplo que no se corresponde con la realidad española, en opinión de Ignacio Velázquez Rivera, especialista del área de Anestesiología y responsable de la Unidad del Dolor del Hospital de Alta Resolución de Guadix (Granada), también coordinador del Grupo de Opioides de SEMDOR.
"En España ni hay ni se espera una epidemia de opioides similar a la norteamericana. Ni la sociedad americana es la española ni la sanidad estadounidense parecida a la nuestra. Mientras en España el 73 por ciento de las prescripciones de opioides se realiza regladamente en atención primaria, en EE.UU. solo lo realizó el 18 por ciento", apunta este especialista.
Por otra parte, según el Informe Europeo sobre Drogas, España presentaba una baja tasa de mortalidad: 16 muertes por cada millón de habitantes, ocho veces inferior, por ejemplo, a las 130 de Estonia. "Por otra parte, el informe Opioides en España, coordinado por David Pere Martínez Oró, indica que nuestro país está lejos de vivir un repunte de heroína o de cualquier otra situación problemática producto del abuso de estas sustancias, y que no sufrirá una crisis de opioides parecida a la americana", añade Velázquez.
España presenta una baja tasa de mortalidad con 16 muertes por cada millón de habitantes, ocho veces inferior, por ejemplo, a las 130 de Estonia
No obstante, para controlar aún más esta situación, desde el Consejo Interterritorial se acaba de dar luz verde al Plan de optimización de la utilización de analgésicos opioides en el Sistema Nacional de Salud, elaborado por la Comisión Permanente de Farmacia. Esta herramienta busca evitar el posible uso inadecuado de estos medicamentos con un enfoque preventivo y transversal.
"El campo de los opioides está sufriendo una convulsión, y estamos viendo que se están tomando ciertas medidas preventivas que a veces son innecesarias. Teniendo en cuenta la regulación que tienen estos fármacos en nuestro país, la responsabilidad que asumimos los sanitarios al utilizarlos es máxima y los problemas que vemos son mínimos, mucho menores que con otro tipo de analgésicos. Queremos reivindicar el papel esencial que tienen para el tratamiento del dolor, siendo conscientes de que tienen efectos secundarios y que, por ello, vamos a utilizarlos con responsabilidad", ha apuntado el presidente de SEMDOR, Luis Miguel Torres.
Teniendo en cuenta este control constante, a lo largo de la jornada ha quedado claro que los opioides siguen constituyendo un importante arsenal terapéutico para tratar el dolor crónico. "Aunque no se debe banalizar su uso. Por ejemplo, en Andalucía hemos establecido un decálogo esencial para iniciar el tratamiento con opioides a un paciente que marca diversas pautas, como quién debe prescribir, evitar convertirlo en monoterapia, realizar seguimientos secuenciales a los pacientes, monitorizar los posibles efectos adversos y prevenirlos", ha indicado el coordinador del grupo de opiáceos.