El pasado mes de mayo la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados dio un paso de gigante hacia la descarbonización del Sistema Nacional de Salud (SNS) al aprobar una proposición no de ley (PNL) que avala la recomendación de los inhaladores de polvo seco o niebla fina. Una iniciativa presentada por el Partido Socialista (PSOE) que salió adelante con un apoyo unánime del resto de partidos políticos y que también ha recibido el reciente respaldo de las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes.
Hasta 17 entidades han firmado un comunicado conjunto en el que reconocen la importancia de adoptar medidas efectivas para reducir las emisiones de gases de efectos invernaderos que sectores como el de salud generan. No en vano, el sector sanitario, si fuera un país, "sería el quinto productor mundial de huella de carbono", como expresó a este medio el Dr. Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología en Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Y dentro de todo aquello que genera emisiones de gases de efecto invernadero dentro del ámbito sanitario se encuentran los inhaladores presurizados.
Estos fármacos, esenciales para miles de personas con patologías respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma, aportan 400.000 toneladas de CO2 equivalente al año en España, según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Ante ello, se han desarrollado alternativas de tratamientos como son los inhaladores de polvo seco y de niebla suave que presentan una huella de carbono de 10 a 30 veces más reducida, y en algunos casos hasta un 90% más reducida.
No se busca limitar el uso de ningún inhalador, sino realizar una "recomendación avalada por la AEMPS, por los servicios autonómicos de salud y por las sociedades científicas”
Como señaló la diputada socialista Carmen Martínez durante la presentación de la PNL, no se busca limitar el uso de ningún inhalador, sino realizar una "recomendación avalada por la AEMPS, por los servicios autonómicos de salud y por las sociedades científicas” sobre los dispositivos de polvo seco, siempre y cuando sea clínicamente posible. Un punto sobre el que enfatizan las sociedades científicas y asociaciones de pacientes en su comunicado.
En este contexto, los expertos recogen los puntos esenciales a tener en cuenta a la hora de la prescripción de estos tratamientos, tanto si es en el caso de una evaluación para un tratamiento inhalado de novo como para un paciente crónico con un inhalador presurizado pautado. En el caso de un paciente que inicia un tratamiento inhalado de novo, "es preceptivo que un profesional sanitario evalúe si el paciente puede utilizar correctamente el inhalador", indica el documento, que añade: "La correcta técnica inhalatoria y una fuerza inspiratoria adecuada son cruciales para garantizar la eficacia del tratamiento y evitar el infratratamiento".
Los expertos recuerdan, a su vez, que cualquier cambio de inhalador debería ser "valorado de forma individualizado por un profesional sanitario", quien ha de asegurarse que el paciente puede usar el nuevo dispositivo correctamente y mantiene estable su condición respiratoria. De hecho, inciden, es importante que, en caso de realizar un cambio de cualquier tipo de inhalador, se realice "un control cercano para asegurar que la enfermedad respiratoria se mantenga estable y el tratamiento siga siendo eficaz". En el caso de los niños, para los cuales la indicación es que los menores de 6 años "no deben ni pueden" realizar las inhalaciones de polvo seco, una vez cumplido los 6 años "pueden cambiar bajo supervisión y educación médica al uso de los inhaladores de niebla fina".
Asimismo, las entidades firmantes apoyan la realización de campañas de sensibilización sobre el uso correcto y racional de los inhaladores y la importancia del reciclaje adecuado de estos dispositivos, como se menciona en las enmiendas a la PNL. "Esto no solo mejorará la adherencia al tratamiento, sino que también contribuirá a una gestión medioambiental responsable", recogen, reafirmando su compromiso "con la mejora de la salud respiratoria en España, trabajando de la mano con las autoridades sanitarias, los pacientes y los profesionales de la salud para lograr la sostenibilidad medioambiental y la calidad del tratamiento médico".