En la lucha por reducir las emisiones de todos los sectores, el de la salud tiene un papel muy importante para reducir el calentamiento del planeta. Los inhaladores presurizados, una tecnología cada vez más en desuso a nivel mundial, siguen siendo necesario para un grupo de personas como los niños o personas con un gran deterioro de su función pulmonar con patologías como el asma o la EPOC, sin embargo, contribuyen enormemente al calentamiento del planeta.
Su uso, y en muchos casos su sobreúso, ha provocado que, en países como Reino Unido, sean responsables del 3,2% de las emisiones de carbono del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, por delante de los gases anestésico (1,92%), el gasoil (0,08%) y el carbón (0,04%). En España estos pequeños dispositivos emiten más de 400.000 toneladas cada año, lo que equivale a lo que producen 355.000 coches en un año y más que 50.000 vuelos domésticos, según datos de ‘Green Inhaler’.
La regulación europea a través del Reglamento 2024/573 le ha puesto fin al sobreúso de esta tecnología poniendo límite a su uso. De esta forma, desde la UE se obliga a los países miembro a una reducción progresiva de la presencia de estos dispositivos hasta su total eliminación, siendo sustituidos por tecnología como los inhaladores en polvo seco, niebla fina o nebulizadores sin propelentes.
Como indica el nuevo reglamento, los inhaladores presurizados seguirán estando disponibles para aquellos pacientes que lo necesiten a través de nuevos propelentes con menor huella de carbono, pero seguirán siendo HFCs afectados por la regulación.
Queda ver cómo las recomendaciones de usar inhaladores en polvo seco y niebla fina van progresando en todo el mundo de cara a contribuir desde el sector a la mitigación de la huella de carbono
Asimismo, la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA por sus siglas en inglés) ha incluido a estos inhaladores presurizados dentro de su propuesta de prohibición, debido a su contenido de PFAS los famosos químicos eternos que provocan graves daños para la salud humana.
No todos los propelentes de los inhaladores presurizados contienen PFAS. Esto permitirá que aquellos que no los contengan, así como las alternativas que carecen de propelentes, como son los inhaladores en polvo seco, niebla fina o de nebulización, sigan disponibles.
Ahora queda ver cómo las recomendaciones de usar inhaladores en polvo seco y niebla fina van progresando en todo el mundo de cara a contribuir desde el sector a la mitigación de la huella de carbono. Todo ello asegurando la disponibilidad de los inhaladores presurizados para aquellos que los necesitan como los niños o personas que necesiten usar una cámara espaciadora.