¿Qué son los PFAS? ¿Cómo afectan a la salud?

Los PFAS son unos compuestos químicos muy utilizados a día de hoy por la industria y presentes en objetos de la vida cotidiana.

Los PFAS pueden estar presentes en los alimentos, el agua, productos sanitario y el aire (Foto. Freepik)
29 mayo 2024 | 12:55 h

Los compuestos químicos son elementos presentes en todos los ámbitos de la vida. Muchos de ellos contribuyen al bienestar de la sociedad, pero otros son considerados “altamente peligrosos y acarrean graves consecuencias para nuestra salud y el medioambiente, exigiendo una inmediata actuación”, como recoge el informe ‘Los químicos que nos rodean: PFAS’ del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Precisamente los PFAS pertenecen a ese grupo de productos que pueden perjudicar la salud.

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas o PFAS son unas 4.700 sustanciasquímicas sintéticas que comenzaron a fabricarse en los años 50 y que, debido a su estabilidad ante una elevada temperatura, su capacidad para repeler el agua y las grasas y ser surfactantes, han sido utilizadas en diversos sectores como el textil, el aeroespacial, para la construcción, el procesamiento de alimentos, presentes en productos de limpieza e, incluso, en materiales sanitarios, como los inhaladores presurizados.

“Las PFAS se absorben y pueden acumularse en el cuerpo”

Como indica la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA por sus siglas en inglés), con frecuencia se ha podido comprobar que las PFAS contaminan las aguas subterráneas y superficiales y el suelo, cuya limpieza es “cara y técnicamente difícil”. “Si continúan las liberaciones, las PFAS continuarán acumulándose en el medio ambiente, el agua potable y los alimentos”, señala la agencia reguladora.

PFAS Y SALUD HUMANA

Además de su efecto contaminante, también pueden causar efectos perjudiciales a la salud humana. “Si los seres humanos, o los animales, ingieren PFAS (comiendo alimentos o bebiendo agua que los contenga), las PFAS se absorben y pueden acumularse en el cuerpo”, recoge la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).

Estas sustancias permanecen en el cuerpo durante un periodo largo de tiempo. Los estudios en animales de laboratorio han asociados tipos de elementos perfluoroalquilados y polifluoroalquilados, como el ácido perfluorooctanoico (PFOA) y el ácido perfluorooctano sulfónico (PFOS), con problemas en los sistemas reproductivos e inmunitarios, así como en el desarrollo, y en órganos como el hígado y los riñones. Asimismo, se relacionaron con la aparición de tumores en dichos animales.

“La mayoría se consideran de moderados a altamente tóxicos, particularmente para el desarrollo de los niños”

En humanos, los primeros estudios han asociado también la exposición a estos elementos a mayores niveles de colesterol, bajo peso al nacer, efectos en el sistema inmunitario, desarrollo de tumores como cáncer de testículos, de riñones, y perturbación de la hormona tiroidea. Como indica la Agencia Europea para el Medioambiente (EEA por sus siglas en inglés), “de los relativamente pocos PFAS bien estudiados, la mayoría se consideran de moderados a altamente tóxicos, particularmente para el desarrollo de los niños”.

Los costes para la sociedad derivados de la esta exposición en humanos son elevados. Según un estudio realizado en 2019 por el Consejo Nórdico de Ministros, anualmente se estima un gasto de entre 52.000 y 84.000 millones de euros en toda Europa. Cifras, que, sin embargo, son una simple estimación, pues solo se incluyó una gama limitada de efectos sobre la salud (colesterol alto, disminución del sistema inmunológico y cáncer) relacionados con la exposición a unos pocos PFAS específicos.

Como recoge la EEA, en los últimos años los niveles de PFAS más prevalentes están disminuyendo, pero los más novedosos están aumentando su presencia en humanos. “Debido a la gran cantidad de sustancias químicas PFAS, un enfoque de gestión y evaluación de riesgos sustancia por sustancia no es adecuado para prevenir eficientemente los riesgos para el medio ambiente y la salud humana derivados de una sola PFAS o mezclas de ellas”, indican desde la agencia.

Y añaden: “Tomar medidas preventivas de gestión de riesgos para grupos de sustancias químicas y promover el uso de sustancias químicas que sean "seguras y circulares por diseño" podría ayudar a limitar la contaminación futura”.

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