La prevalencia de las patologías respiratorias crónicas como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) crece con la edad de los pacientes, llegando a la tasa más alta entre los 80 y 84 años. En este grupo de edad a estas patologías se suman el envejecimiento, asociado frecuentemente con perdidas cognitivas, inmunitarias y habilidades físicas. Recordar complejas pautas de tratamiento y seguirlas es uno de los retos en esta población.
En el caso de los medicamentos inhalados, principal tratamiento de las personas con patologías respiratorias, el beneficio terapéutico depende de una técnica de inhalación adecuada y de una deposición suficiente del fármaco en todas las regiones de los pulmones, incluido en el área periférica. Como indican los expertos, mientras que un dispositivo de dosis medida presurizada (pMDI) supone una técnica de respiración lenta y profunda, y agitar el inhalador; los de polvo seco (DPI) requieren una inhalación inicial más rápida pero con un buen flujo respiratorio.
Entre el 41% y el 60% de los pacientes usaban su inhalador de manera inapropiada, lo que iba acompañado de una tasa de incumplimiento de al menos el 51%
El tipo de dispositivo, la complejidad de su uso, la situación de los pacientes (función cognitiva, rendimiento visual, fuerza de las manos y dedos, habilidades motoras y preferencia) y la educación que hayan recibido determina la adherencia a la pauta terapéutica. En las personas mayores, como ya se ha comentado, estos factores suponen desafíos para el uso correcto de los inhaladores.
Así lo refleja un estudio realizado en Alemania y publicado en ‘Patient Preference and Adherence’, que señala que entre el 41% y el 60% de los pacientes mayores usaban su inhalador de manera inapropiada, lo que iba acompañado de una tasa de incumplimiento de al menos el 51%. “El éxito terapéutico de la terapia de inhalación depende no sólo de la técnica de inhalación correcta sino también de la percepción, preferencia y satisfacción del paciente con el dispositivo inhalador”, señalan los autores.
En este sentido, el estudio recoge que los pacientes preferían dispositivos de polvo seco al resultarles más sencillo su uso. De hecho, estos dispositivos se han asociado con menores errores y con mayor facilidad para entender las instrucciones por parte de los pacientes, con un promedio de 2,57 intentos hasta su uso sin errores. “La facilidad de uso de un inhalador parece influir notablemente en la preferencia de los pacientes geriátricos por un dispositivo”, recogen los autores.
"Las personas mayores prefieren los inhaladores de polvo seco a los pMDI y SMI"
Además, estos inhaladores fueron más fáciles de preparar, de sostener y de operar. “Los resultados de nuestro estudio en una población geriátrica muestran que las personas mayores prefieren los inhaladores de polvo seco a los pMDI y SMI. Por lo tanto, los DPI parece ser muy adecuada para pacientes geriátricos, siempre que haya suficiente flujo de aire inspiratorio”.
DPI FRENTA A pMDI
En los últimos años tanto los profesionales sanitarios como las agencias reguladoras o los políticos han recomendado, siempre que clínicamente sea posible, recetar los modelos de inhaladores DPI. Además de su mayor facilidad de uso, los inhaladores de polvo seco son menos contaminantes que los de dosis medida presurizada, lo que incide directamente no solo sobre el cambio climático, si no en la salud humana.
Según indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), los pMDI aportan 400.000 toneladas de CO2 equivalente al año en España y diferentes estudios estiman que los inhaladores tienen una huella de carbono de aproximadamente 10 a 37 veces mayor que otras alternativas de tratamientos como los inhaladores de polvo seco y de niebla suave, como recuerda la Sociedad Europea de Neumología (ERS por sus siglas en inglés).
"Los inhaladores pMDI aportan un 0,03% de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial"
Precisamente en Europa, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA por sus siglas en inglés) publicó un informe en el que reflejaba la necesidad de una acción rápida para la restricción de PFAS, químicos eternos, presentes en los inhaladores presurizados. El 7 de febrero de este año los reguladores europeos publicaron un reglamento sobre los gases fluorados de efecto invernadero en el que se destaca la existencia de “alternativas como los inhaladores dosificadores que usan como propulsores gases fluorados de efecto invernadero con menor PCG, que han sido desarrolladas recientemente por la industria”.
Los neumólogos defienden la importancia de salvaguardar los inhaladores pMDI al ser fármacos esenciales para niños y población avanzada, principalmente en países de bajos ingresos en los que no hay otros dispositivos disponibles, pero corroboraron la importancia de encontrar sustancias alternativas y garantizar su disponibilidad. En España, la Comisión de Sanidad aprobó con 33 votos a favor y ninguno en contra una PNL que recoge la recomendación del uso de los inhaladores de polvo seco, avalada por la AEMPS, los servicios autonómicos y las sociedades científicas.