La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha copado en el último año y medio la práctica totalidad de la atención de la industria farmacéutica. Un desafío al que se ha podido dar respuesta gracias a la tecnología y la innovación. “Era impensable tener en un año varias vacunas o productos como los anticuerpos monoclonales para tratar la enfermedad y evitar que progrese a estadios mayores”, expresa el CEO de Grupo Mediforum, Juan Blanco, en la entrevista realizada en “Ciencia para vivir mejor” a Guillermo de Juan, vicepresidente y director de Relaciones Institucionales y Comunicación de GSK. Una conversación que ha ido más allá de a Covid-19 fijando la mirada en otros desafíos a los que tenemos que hacer frente como es el caso de la resistencia antimicrobiana. Un problema que los expertos han calificado ya como la próxima pandemia.
“La ciencia ha sido la que ha respondido a las necesidades urgentes”, comienza respondiendo Guillermo de Juan. “Cuando el ser humano se pone es indestructible. El sentido de urgencia que hemos aplicado en la gestión de la pandemia en todos los procesos de fabricación de las vacunas y suministro ha sido extraordinario” añade señalando que la crisis sanitaria que hemos vivido ha servido para “ser conscientes de las costuras de nuestros trajes”.
En relación a la resistencia antimicrobiana ha alertado de que no se trata de un problema de ahora, sino que viene siendo advertido desde hace ya muchos años. “GSK siempre ha sido líder en tratamientos antibióticos muy conocidos por todo el mundo como la amoxicilina. Estamos viendo la problemática que plantea de cara a la seguridad de los pacientes y del sistema. Aquí lo que se necesita es mucha vocación de servicio público. Una mentalidad de que hay áreas que, desde el punto de vista de la inversión no son muy atractivas pero que tenemos que hacer”.
“Tenemos un Sistema Nacional de Salud claramente descentralizado con comunidades autónomas que aportan mucho valor al paciente, pero que a la hora de tomar decisiones es complejo”
La conversación avanza hasta situarse en cómo será el sistema sanitario del futuro. Un horizonte que a lo largo de la pandemia, tras ser conscientes de sus limitaciones y necesidades de transformación, se ha planteado de forma más significativa que en ocasiones anteriores.
“Para transformar se necesita voluntad política y esto, a veces no es fácil”, comienza su análisis Guillermo de Juan ante el planteamiento del horizonte del sistema sanitario. “Tenemos un Sistema Nacional de Salud claramente descentralizado con comunidades autónomas que aportan mucho valor al paciente, pero que a la hora de tomar decisiones es complejo”.
Una fotografía ante la que no solo se requiere voluntad política sino que hay que buscar el “consenso”. De Juan ha compartido algunos ejes que, a su juicio, pueden actuar como transformadores del Sistema Nacional de Salud. El primero de ellos es la necesaria digitalización. Un “proceso fundamental” que debe avanzar hacia un modelo “más homogéneo que permita optimizar el dato”.
El segundo de los pilares y sobre el que ha hecho hincapié ha sido la vital necesidad de comprender que los profesionales sanitarios son personas. “Necesitamos que estén motivados, formados y bien remunerados y apoyados por la Administración”. A colación de este planteamiento critica la necesidad de invertir y mejorar la Atención Primaria. “El profesional sanitario tiene que ser el eje vertebrador del resto de los cambios”, concluye el vicepresidente y director de Relaciones Institucionales y Comunicación de GSK.