La complejidad y magnitud que rodea al término inteligencia artificial lo convierte en uno de los mayores campos por explorar en un futuro cercano. No obstante, su concepción acompaña al ser humano desde hace décadas. Como indica en ConSalud TV el catedrático, cirujano y referente en Salud Digital, Julio Mayol, “la IA representa un sueño largamente acariciado por nuestra especie”.
En este afán, el miedo a lo que puede ocurrir con el uso de estos sistemas, como es el caso del ChatGPT, el GPT4 o incluso la robótica, obliga al ser humano a plantearse y establecer limitaciones. ¿Deben tener los humanos miedo a la inteligencia artificial? Mayol lo tiene claro: “La IA no tiene conciencia ni consciencia. Si hay malos o buenos, seremos los humanos”.
A partir de aquí, se abren potenciales caminos en ámbitos como el de la medicina y en particular la práctica quirúrgica. Según explica Julio Mayol, antes de que llegaran los modelos de lenguaje natural, la inteligencia artificial ya estaba presente en el área quirúrgica en el reconocimiento de imágenes, en el apoyo al diagnóstico y en la toma de decisiones.
Respecto a cuál debería ser el objetivo principal de su uso en medicina, el especialista descarta que sea la efectividad y defiende que se dirija a aumentar la seguridad del paciente y a generar valor para las personas, tanto en los profesionales sanitarios como en los pacientes.
Sus limitaciones vienen derivadas, entre otros aspectos, en la calidad de los datos. También en la seguridad y en la privacidad de los pacientes. Por ello, Mayol ve la inteligencia artificial como una ayuda en la toma de decisiones del profesional, pero no como la toma de decisión en sí misma, y siempre garantizando una comparativa. “Si no, con estas tecnologías y con datos sesgados, podemos llegar con mucha precisión al sitio incorrecto”, concluye.