Los inhaladores presurizados, pequeños contenedores de los químicos eternos PFAS

La prohibición de los PFAS o sustancias químicas eternas puesta en marcha en Europa afecta a los inhaladores presurizados. Los reguladores piden una transición hacia inhaladores menos contaminantes

Paciente con inhalador de cartucho presurizado (Foto. Freepik)
Paciente con inhalador de cartucho presurizado (Foto. Freepik)

Los inhaladores de cartucho presurizado (pMDI) emiten 400.000 toneladas de CO2, una cifra equivalente a lo que producen 355.000 coches en un año. Estos medicamentos, considerados por un artículo en New Zealand Doctor Online como “el villano número 1”, precisan en su fabricación de “una proporción nada desdeñables de  hidrofluorocarburos”, como recoge el reglamento del parlamento europeo de 7 de febrero de 2024, sobre los gases fluorados de efecto invernadero, por el que se modifica la Directiva (UE) 2019/1937, y se deroga el Reglamento (UE) nº 517/2014.

Los hidrolucorocarburos o PFAS son un grupo de sustancias químicas con un importante impacto en el medioambiente y la salud humana. Estos elementos conocidos como químicos eternos se caracterizan por su elevada resistencia. Cuando son liberados se acumulan en el medioambiente, el agua potable y los alimentos, y, si las personas o los animales los ingieren, se acumulan en el cuerpo y pueden provocar mayores niveles de colesterol, bajo peso al nacer, efectos en el sistema inmunitario, desarrollo de tumores como cáncer de testículos, de riñones, y perturbación de la hormona tiroidea, según la Agencia Europea para el Medioambiente (EEA por sus siglas en inglés).

En España hay 15 millones de unidades de inhaladores pMDI, que emiten unas 400.000 toneladas de CO2

Para dar una solución a estos químicos con importante efecto invernadero, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA por sus siglas en inglés) elaboró a petición de Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia y Países Bajos un dictamen en el que concluyó en la necesidad de una acción rápida para la restricción de estos químicos eternos en su uso en diferentes sectores como los productos manufacturados, los cosméticos, los materiales de envasado y empaquetado de alimentación, la metalurgia, el trasporte, el sector energético, el petróleo o los servicios médicos.

El 7 de febrero de este año se publicó el reglamento para su prohibición, en el que un apartado recoge el camino a seguir con los inhaladores presurizados y sus alternativas más respetuosas con el medioambiente y efectivas para los pacientes.

TRANSICIÓN A MODELOS MÁS SOSTENIBLES

Actualmente en España, según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), hay 15 millones de unidades de inhaladores pMDI esenciales para los pacientes que lo toman. Personas con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o apnea que sin estos tratamientos acabarían falleciendo.

Para dar una respuesta a estos pacientes, pero también a la contaminación, la industria lleva años inmersa en el desarrollo de dispositivos menos contaminantes. Los nuevos propelentes, es decir, los inhaladores de polvo seco, reducen en algunos casos hasta un 90% la huella de carbón. Una situación que ha llevado a Europa a recomendar estas alternativas a los inhaladores pMDI. “El presente Reglamento incluye el sector de los inhaladores dosificadores en el sistema de cuotas de HFC, creando así un incentivo para que la industria siga avanzando hacia alternativas más limpias”, recoge el documento.

Carmen Martínez: “En España el uso de estos gases es de un 56%, muy por encima de la media del resto de países europeos"

El objetivo es permitir una transición que para 2030 alcance la tasa de reducción completa de los demás sectores. “Los HFC usados como propulsores en inhaladores dosificadores son esenciales para la salud de los pacientes que padecen afecciones respiratorias, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los inhaladores dosificadores son medicamentos sujetos a evaluaciones rigurosas, incluidos estudios clínicos, a fin de garantizar la seguridad de los pacientes”, recuerda el documento.

“La cooperación entre la Comisión, las autoridades competentes de los Estados miembros y la Agencia Europea de Medicamentos debe facilitar un proceso sencillo de aprobación de los inhaladores dosificadores que usen gases fluorados de efecto invernadero de bajo PCG y alternativas a los gases fluorados de efecto invernadero, y de ese modo asegurar la transición hacia soluciones más limpias”, añaden los reguladores europeos. Medida que apoyan tanto los profesionales sanitarios europeos como los pacientes, pues según la encuesta publicada en la European Respiratory Journal, un 60% de los pacientes que usan un inhalador presurizado cambiaría por otro dispositivo por razones ambientales, así como por razones clínicas.

En este sentido, por ejemplo, España ha dado un primer paso encaminado a seguir las medidas establecidas por el Parlamente Europeo. En mayo, la Comisión de Sanidad en el Congreso de los Diputados dio un paso de gigante al aprobar, por unanimidad, la proposición no de ley (PNL) sobre la recomendación del uso de los inhaladores de polvo seco, siempre y cuando sea clínicamente posible.

Como señaló en la presentación de la PNL la socialista Carmen Martínez, los acuerdos alcanzados en Europa establecen la reducción de los HFC a un 15% en el 2027. “En España el uso de estos gases es de un 56%, muy por encima de la media del resto de países europeos. Es difícil que consigamos cumplir los plazos, pero nos esforzaremos”, concluyó la diputada socialista.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído