Los criterios ESG (Environmental, Social y Governance, en inglés) en el sector salud cobran cada vez más fuerza y en pocos años se han convertido en hoja de ruta de muchas compañías farmacéuticas. Esta filosofía contempla el compromiso ambiental, social y de buen gobierno en las decisiones de inversión. Responde al hecho de que el comportamiento responsable de las organizaciones con el entorno ofrece mayor seguridad que los resultados económicos.
De este modo, al tan de moda enfoque ‘One Health’, que responde a una sola salud humana, animal y ambiental, se suma este otro concepto basado en parámetros medioambientales, sociales y de gobernanza.
Mientras el término ‘Environmental’ engloba el factor que la actividad de las empresas tiene en el medioambiente, y el ‘Social’, el compromiso con los derechos humanos y cuidados de la sociedad, hay un tercer aspecto, ‘Governance’, que corresponde a un buen gobierno corporativo.
El comportamiento responsable de las organizaciones con el entorno ofrece mayor seguridad que los resultados económicos
La clave de este tercer componente, basado en la calidad corporativa y sus procesos de gestión, no se centra sólo en qué se hace, sino en cómo se implementa.
De este modo, ejemplos de un buen gobierno corporativo incluyen la diversidad en los órganos de administración y la inclusión y aplicación de un código ético y guía de buenas prácticas.
También cobran relevancia aspectos como la ciberseguridad y protección de datos, el control de la corrupción y el soborno, y los derechos humanos.
Los planes de transparencia y la lucha contra las prácticas antiéticas, incluso unas adecuadas estrategias fiscales, se han erigido en importantes mecanismos de gobernanza que las direcciones ejecutivas no pierden de vista
Los planes de transparencia y la lucha contra las prácticas antiéticas, incluso unas adecuadas estrategias fiscales, se han erigido en importantes mecanismos de gobernanza que las direcciones ejecutivas no pierden de vista. También la innovación y la transformación digital.
Y es que este tercer parámetro es un aspecto fundamental para los accionistas. De hecho, los indicadores de información no financiera ya están en la agenda de los consejos de dirección.
Por todo ello, los criterios ESG se han convertido en los grandes protagonistas de las política internas de las organizaciones responsables y sostenibles.