Los fármacos han tenido un papel fundamental en la pandemia, con las vacunas como principal herramienta. Del mismo modo, la Covid-19 nos ha obligado a tomar conciencia de que es necesario apostar por la ciencia y aprender a convivir en armonía con nuestro entorno. Tal y como señala en una nueva edición de ‘Ciencia para vivir mejor’, Gorka Orive, licenciado en Farmacia y doctor por la Universidad del País Vasco, donde es titular e investigador, “hemos vivido en propia piel cómo un pequeño virus ha sido capaz de paralizar el mundo”.
Pero a este reto de armonización con nuestro entorno se suma otro: la relación de los fármacos con el medio ambiente. Conceptos como la “farmacocontaminación” y la “ecoprescipción” toman cada vez más fuerza en el ámbito del sector salud.
"El proceso de descarbonización nos tiene que llevar a un entorno más sostenible y amable con el medio ambiente"
¿Son todos los fármacos contaminantes? La respuesta es no. Según explica Orive, hoy en día hay 4.000 principios activos que se utilizan en salud humana o veterinaria y al menos 1.000 se han detectado en matrices medioambientales. “Hay casos de efectos que provienen de analgésicos, de antiinflamatorios… las propias estatinas del colesterol tienen una clase de impacto en casi todos los animales. Esto es posible porque comparten con nosotros mucho de esos procesos biológicos”, explica el experto. “Pero tampoco podemos olvidar el caso de los psicofármacos, antidepresivos, ansiolíticos…, que actúan sobre las monoaminas y también pueden afectar a peces, pájaros, insectos, incluso a hongos y plantas que también tienen algunos de estos neurotransmisores”, añade.
Por todo ello, “la farmacia tiene que mirar hacia la sostenibilidad, pero, por supuesto, sin olvidar que la función principal de los fármacos es dar un nivel de eficacia y seguridad a los seres humanos y animales”, señala Orive durante la entrevista.
Aunque en palabras de este experto el diseño de medicamentos verde es todavía “más ficticio que una realidad”, considera importante luchar contra estos efectos a través de la información y formación a los profesionales. También con la simplificación en determinados grupos terapéuticos.
En definitiva, según Orive, el proceso de descarbonización nos tiene que llevar a un entorno más sostenible y amable con el medio ambiente.