Los gases de efecto invernadero y su impacto en la contaminación atmosférica y el cambio climático son uno de los mayores retos a los que se enfrenta la salud pública en la actualidad. No en vano, sólo en el 2021 murieron más de ocho millones de personas en todo el mundo, la mayoría de ellas por enfermedades pulmonares o cáncer. Es por ello que los esfuerzos de los países europeos por reducir las emisiones se traducen indirectamente en medidas para mejorar la salud pública.
Pues bien, estas medidas para mitigar las causas de la crisis climática parecen haber tenido efecto en la Unión Europea durante los últimos años. Así lo reflejan los datos publicados este lunes por la entidad 'Eurostat' sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Concretamente, las cifras apuntan a una reducción de hasta el 7% en las emisiones de Europa en 2023.
De manera más concreta, en 2023 las actividades económicas y los hogares emitieron un total de 3.400 millones de toneladas de CO2. Esta cifra refleja una reducción del 7% con respecto al anterior año. Un dato que se ha reducido todavía más en comparación a la década pasada. En este sentido, tenemos un 18% menos de emisiones que en el 2013, por lo que la reducción de emisiones en la UE ha sido importante en los últimos años.
En 2023 las actividades económicas y los hogares emitieron un total de 3.400 millones de toneladas de CO2
Según apunta la entidad, estas reducciones se han producido en la mayoría de sectores de actividad, aunque el que ha presentado una mayor reducción ha sido el sector de suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, con una caída del 43% (448 millones de toneladas de CO2). No obstante, sí que se ha registrado una actividad económica que no sólo no ha reducido sus emisiones, sino que además las ha aumentado. Se trata del transporte y almacenamiento, cuyas emisiones han aumentado en un 14% en la última década.
En el caso concreto de los hogares también se ha producido una reducción considerable, llegando a un 14% menos que en el 2013, es decir, 110 millones de toneladas de gases perjudiciales. Estas reducciones tienen un impacto indirecto en la salud pública, pues menos contaminación atmosférica conlleva también menos gastos en atención sanitaria al reducir los casos de enfermedades respiratorias o incluso de enfermedades como el cáncer.
En este sentido, y tal y como apuntan los datos del Banco Mundial, el coste global de los daños a la salud asociados a la exposición a la contaminación del aire se estima en 8.100 millones de dólares al año. Esta cantidad equivaldría al 6,1% del PIB mundial según esta entidad económica.
En el caso concreto de los hogares también tenemos una reducción considerable, llegando a un 14% menos
Si bien los datos muestran una reducción en las emisiones, el objetivo de la Unión Europea es el de convertirse en una economía y una sociedad climáticamente neutras de aquí a 2050. De esta manera, se busca encontrar un equilibrio entre una economía competitiva y una mejora significativa en la salud de la población y del planeta. Es por ello que la entidad mide también la contribución de las actividades que generan estos gases en la economía.
Así, teniendo en cuenta esta cuestión, la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE también ha disminuido en un 32%. Las mayores reducciones en la intensidad de las emisiones se lograron en Estonia (-61%), Irlanda (-50%) y Eslovenia (-41%).
En cuanto a nuestro país en concreto, la reducción ha sido considerable, aunque ligeramente por debajo de la media europea. En detalle, España ha rebajado en un 26,7% esta intensidad de los gases nocivos dentro de su PIB. En definitiva y, si bien las reducciones han sido evidentes, todavía es necesario avanzar hacia la neutralidad proyectada para las próximas décadas.