La innovación se erige como uno de los pilares centrales de la industria farmacéutica y de la medicina. Avanzar en el desarrollo de nuevos tratamientos y medicamentos es crucial, pero se debe ir un paso más allá y trabajar para mejorar el acceso que los pacientes tienen precisamente a las últimas innovaciones que se van consiguiendo. Este ha sido uno de los temas analizados por Guillermo de Juan, vicepresidente y director de Relaciones Institucionales y Comunicación de GSK, en “Ciencia para vivir mejor”, el espacio creado por Grupo Mediforum en colaboración con la compañía para analizar los retos y oportunidades que plantea el presente y futuro de la salud.
“Una de las preocupaciones de GSK, y entiendo que de otras compañías farmacéuticas innovadoras, es el acceso de la última innovación terapéutica. Conseguir que esta llegue antes al paciente y tenemos que trabajar mucho este punto”, expone a Juan Blanco, CEO del Grupo Mediforum. En este sentido pone como ejemplo la situación que se vive en España. Ha criticado la falta de inversión pública en el desarrollo de nuevos medicamentos. “En España, en el periodo 2016-2019 se están financiando con fondos públicos aproximadamente el 58% de los medicamentos, mientras que en Alemania es el 88% e Italia está por encima del 70%. No estamos en un nivel deseable”.
De Juan evidencia que el problema no es solo la inversión que se realiza “sino el tiempo que tardamos en financiarlo”, ya que esto retrasa el acceso del paciente al medicamento. “España tarda más de 450 días hasta que un medicamento autorizado por la Agencia Europea del Medicamento llega al paciente”.
“En España, en el periodo 2016-2019 se están financiando con fondos públicos aproximadamente el 58% de los medicamentos, mientras que en Alemania es el 88% y en Italia está por encima del 70%. No estamos en un nivel deseable”
Ante esta fotografía destaca el papel del paciente. “Se habla mucho de poner al paciente en el centro. El paciente es el protagonista. No sé si está en el centro, delante o detrás. Es el protagonista y todo lo que hagamos tiene que hacerse en beneficio del paciente”, remacha. Un objetivo que solo puede alcanzarse si se le da voz. “Tiene que ser un paciente más informado, con mayor influencia, que pueda con absoluta transparencia explicar a la Administración y a las empresas privadas cuáles son sus necesidades”, ha explicado.
En este camino las asociaciones de pacientes desempeñan un papel fundamental. Sobre estas ha puesto en valor la profesionalización que han experimentado en los últimos años y “como ha ido aumentando su influencia”.
“Tenemos que ver también al paciente como ciudadano, antes de que tenga la enfermedad. ¿Qué puede hacer como ciudadano para prevenir la enfermedad? Para esto se necesita por parte de la Administración mucho compromiso y promoción de la salud”. En este punto ha focalizado el discurso en el concepto “healthy aging”, enfatizando en cómo podemos cuidar nuestro sistema inmunitario a lo largo de nuestra vida y “evitar la inmunosenescencia que, a partir de los 50, indudablemente a todos nos afecta”.
“La prevención es clave, pero paciente protagonista, profesional claramente empoderado y apoyado, reforma tecnológica y mucha voluntad políticaenmarcado todo en un modelo sostenible”, ha resumido recalcando la necesidad de “apostar por sistemas de salud sostenibles”, ha concluido