Cada vez es más frecuente escuchar en los entornos empresariales el término ESG. Esta sigla, cuyas letras iniciales significan Environmental, Social y Governance, se ha convertido en toda una guía para las compañías, entre ellas las del sector salud. Es el caso de la farmacéutica GSK, que cuenta con su propia estrategia ESG.
Pero, ¿qué abarca este concepto? Los criterios ESG se refieren a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo que se tienen en cuenta a la hora de invertir en una empresa. Abarcan aspectos como el ambiental, para tomar decisiones en función de cómo afectan las actividades de las empresas en el medio ambiente; el social, para tener en cuenta la repercusión que tienen en la comunidad las actividades desempeñadas por la compañía, por ejemplo, en términos de diversidad, derechos humanos o cuidados sanitarios, y el factor de gobierno, que estudia el impacto que tienen los propios accionistas y la administración, y se basa en cuestiones como la estructura de los consejos de administración, los derechos de los accionistas o la transparencia, entre otros.
En los últimos años, estos aspectos se han convertido en una referencia para orientar hacia una inversión socialmente responsable. Así, los criterios ESG se tienen en cuenta en el proceso de estudio, análisis y selección de valores de una cartera de inversión, sirviendo como un indicador de calidad. De hecho, en la actualidad, son uno de los factores más valorados por los inversores, más allá de los resultados financieros.
"Los criterios ESG son uno de los factores más valorados por los inversores, más allá de los resultados financieros"
"ESG es confiable y creíble. Los inversores buscan verificación para obtener credibilidad y confianza en los informes no financieros", señalan los expertos. Por este motivo, es importante que las organizaciones comuniquen su misión, visión y valores con información objetiva y transparente sobre su actividad.
Con todo ello, los criterios ESG permitirán que los directivos tomen decisiones más acertadas dentro de la compañía, y que los inversores reconozcan y premien los esfuerzos de las empresas con capital que se mantenga en el tiempo. Como consecuencia, estas decisiones se traducen en enormes oportunidades para las personas y para el planeta. Por ejemplo, en la lucha contra el cambio climático mediante la reducción de la huella de carbono y un mejor uso de los recursos naturales. También como estímulo a la investigación a través del fomento de proyectos que redunden en el bien social, como la investigación contra el cáncer o el apoyo a colectivos vulnerables.
Otro de los efectos de este tipo de estrategias es el desarrollo de nuevas tecnologías con un impacto positivo para la sociedad. Es el caso de la construcción de edificios más sostenibles o de redes inteligentes. Y, por último, el impulso a mejoras sociales relacionadas con la educación, la sanidad, la igualdad, la integración o la diversidad.
Este enfoque beneficia no solo al planeta y a las personas, sino también a las compañías que apuestan por él. Mejora su reputación, reduce riesgos, implementa el acceso a nuevas fuentes de financiación y aumenta la rentabilidad
Además de estos relevantes beneficios para el planeta y las personas, las compañías también se ven favorecidas. Con la aplicación del enfoque ESG, mejoran su reputación entre sus clientes, inversores y otras partes interesadas, generando confianza. A su vez, reducen riesgos, y permiten a las empresas anticiparse y abordar de manera proactiva contingencias emergentes. Asimismo, las organizaciones que implementan estas prácticas pueden tener acceso a nuevas fuentes de financiación.
Estas compañías también pueden ver aumentada su rentabilidad a largo plazo a través de la reducción de costes, la mejora de la eficiencia y la innovación. Se suma también que los consumidores y usuarios son cada vez más exigentes, están más informados y son más conscientes, por lo que una empresa alineada con los criterios ESG es más atractiva. Y en línea con lo anterior, esta atracción es también mayor para los profesionales con más talento, que prefieren este tipo de compañías para trabajar.
Por último, el enfoque en la gobernanza y el cumplimiento ético ayuda a las empresas a cumplir con las regulaciones y normativas legales, tanto las vigentes como las que están por venir.