La compañía farmacéutica catalana Grifols, cuyo presidente no ejecutivo es Víctor Grifols, ha suspendido el pago del dividendo a sus accionistas hasta que el endeudamiento caiga por debajo de cuatro veces el Ebitda, algo que se espera que ocurra en 2024. Esta suspensión del dividendo en Grifols se produce en el marco de la compra de su rival alemana, Biotest, por la que ha pagado 773 millones de euros más un préstamo de 318 millones para ser titular del 96,2% de los derechos políticos y del 69,72% del capital social. Grifols hace años que sufre con los niveles de endeudamiento. De hecho, un informe de Moody’s de 2020 calificó a la firma como la más endeudada de los principales competidores del sector farmacéutico. El pasado 2021 también fue un año para el olvido para la empresa catalana. Grifols tocó su nivel más bajo desde hacía cinco años y se posicionó como la empresa que más cayó en el IBEX 35, al bajar un 32,48%. El pasado mes de noviembre, Grifols también dio carpetazo a su negocio de bolsas de sangre y cerró la producción en Brasil y en Murcia. El cierre de ese negocio en su planta de Murcia afectó al 50% de la plantilla ubicada en ese centro, con el despido de unos 165 empleados.