La farmacéutica suiza Roche, cuyo CEO es Severin Schwan, no levanta cabeza. Tras el reciente golpe y las dudas sobre su nueva inmunoterapia contra el cáncer tras el fallo de su fármaco tiragolumab, ahora, ha sido el turno para su fármaco contra el alzhéimer, crenezumab. Tal y como ha mostrado un estudio, el medicamento no ha desacelerado ni ha prevenido el deterioro cognitivo en personas con una mutación genética específica que provoca la aparición temprana de la enfermedad. En concreto, según ha explicado el fabricante de medicamentos en un comunicado, “Crenezumab no ha mostrado un beneficio clínico estadísticamente significativo en ninguno de sus puntos finales coprimarios que evalúan la tasa de cambio en las capacidades cognitivas o la función de la memoria episódica”.