El proceso hasta desarrollar un medicamento es muy complejo, existen múltiples factores que pueden provocar su fracaso y en el caso de las empresas pequeñas hasta su bancarrota. Por parte de las compañías más grandes el resultado es diferente, es cierto que nunca el final de un ensayo clínico es positivo, pero tienen la capacidad de reponerse ante golpes de este tipo, aunque en ocasiones los continuos fallos pueden provocar un descenso en la confianza hacia la empresa.
No todos significan el final del activo, pero muchos plantean dudas sobre la validez de un enfoque terapéutico, terminan alianzas o incluso afectan las perspectivas comerciales del candidato a fármaco. Una de las farmacéuticas que más ha sufrido durante el 2022 ha sido la compañía suiza Roche, cuyo CEO es Severin Schwan, que ha registrado fracasos tanto en proyectos individuales como en colaboraciones con otras divisiones de la compañía.