Después de que Abbott advirtiera a los usuarios de su hardware de control de diabetes sobre la posibilidad de peligrosos problemas con la batería, tales como hinchazón, sobrecalentamiento, chispas e incendio, la Agencia Americana del Medicamento (FDA) ha calificado los problemas como una retirada de Clase I. Si bien no es una retirada real que requiera que todos los monitores de glucosa continuos afectados sean devueltos al fabricante, el organismo regulador ha dicho en su anuncio que los problemas de la batería podrían, en casos concretos, volverse lo suficientemente graves como para causar lesiones graves o, incluso, la muerte.