Josep Pàmies, el polémico agricultor catalán, vuelve a encontrarse en el ojo del huracán. En plena pandemia del coronavirus y pese a las medidas anunciadas por el Gobierno, el catalán ha desafiado al sistema sanitario y el pasado fin de semana celebró una reunión con más de un centenar de personas.
Rociadas y “desinfectadas” previamente con pulverizadores de clorito de sodio, a lo que él mismo denomina ‘lejía premium’ o “Solución Mineral Milagrosa”, todos ellos incumplieron las normas de distanciamiento social con besos y abrazos.