La farmacéutica estadounidense Purdue Pharma, cuyo CEO es Craig Landau, fabricante del fármaco altamente adictivo OxyContin, se ha declarado culpable formalmente este martes de varios delitos relacionados con su responsabilidad en la crisis de los opiáceos como parte de un acuerdo multimillonario con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El presidente de la junta directiva de Purdue Pharma, Steve Miller, admitió culpabilidad en tres cargos de conspiración: dos para violar la Ley Federal Anti-Sobornos y otro para defraudar a Estados Unidos e infringir la legislación de fármacos. Purdue reconoció no haber mantenido un programa eficaz para prevenir que los medicamentos por prescripción fuesen desviados al mercado negro, aunque también le dijo a la DEA que tenía un programa así, y que le proveyó información engañosa a la agencia para estimular las cuotas de manufactura de la compañía. Además, la compañía admitió haber pagado a médicos a través de un programa de voceros para alentarles a escribir más prescripciones para sus analgésicos.