Tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea se inicia un periodo de transición en el que se ajustarán los múltiples flecos del acuerdo entre ambas partes. Las incógnitas en materia sanitaria son diversas a pesar de que Boris Johnson, primer ministro británico, ha asegurado que el mantenimiento del Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés).
Una promesa que está en el aire ya que un acuerdo sin la libre circulación de personas puede suponer un problema para una sanidad británica que carece de 10.000 médicos, con un 5% de los facultativos del país que procede de países de la Unión Europea. A esta situación se suma la reducción del número de ensayos clínicos, ya que el Brexit podría privar al país de su papel como líder europeo en la investigación de fármacos en las primeras etapas, el diseño y la organización de ensayos en la Unión Europea.