La compañía farmacéutica Endo International, presidida por Blaise Coleman, está avanzando hacia una declaración de quiebra, lo que podría desencadenar intensos conflictos con los gobiernos estatales y locales que han demandado a la compañía farmacéutica por su supuesto papel en la crisis de opiáceos. Sin un acuerdo con los demandantes de opioides después de años de negociaciones, Endo está considerando declararse en bancarrota como un medio para reestructurar su deuda de más de 8.000 millones de dólares (7.968,7 millones de euros) y miles de demandas pendientes, según ha podido saber The Wall Street Journal. Endo lleva varios años sin levantar cabeza. En 2020, tras un cambio de CEO, la compañía reveló su intención de eliminar 560 puestos para 2023 y salir de las instalaciones de fabricación en California, Nueva York e India. Ese movimiento se produjo después de que Endo despidiera a 375 empleados cuando dejó de lado a Opana ER.