La farmacéutica estadounidense Pfizer, cuyo CEO es Albert Bourla, se vuelve a ver afectada por una huelga en Australia, en esta ocasión los trabajadores han abandonado la planta alegando que los aumentos salariales que habían recibido eran insuficientes en base al ritmo de la inflación actual. La huelga de 24 horas que comenzó el miércoles congregó a más de 100 trabajadores que pedían un aumento del 17%, un 7% mayor que el propuesto por Pfizer que, según los empleados, no contaba con la cifra más alta de inflación en 32 años.