El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha condenado a la Consejería de Sanidad, regentada por Ana Barceló, a pagar 6.000 euros a la familia de un niño que fue operado de cataratas y acabó perdiendo la visión del ojo izquierdo por un desprendimiento de retina. Se trata de un riesgo muy común en este tipo de operaciones, sin embargo, la familia no fue avisada de que existía esa posibilidad y tampoco se le dieron opciones alternativas.