La edad media de reproducción cada vez es más tardía. Según señalaba a este medio Encarnación Sánchez, portavoz de la Asociación Nacional de Problemas de Infertilidad (ASPROIN), ahora es común que mujeres con hasta 40, 41 y 42 años se planteen ser madres. El problema es que mientras a los 30 años la probabilidad de quedarse embarazada es de un 20%, cuando llegan a la década de los 40 estas posibilidades caen a un 5% o menos. Ante ello actualmente las mujeres que quieren ser madres solo tienen una opción en muchos casos: la reproducción asistida.
El 56% de las mujeres que se han sometido alguna vez a un tratamiento de reproducción asistidatenían más de 40 años según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cada año nacen más niños a través de estos tratamientos. En 2019 llegaron al mundo 37.094 bebés de esta forma, lo que supuso el 9% de los nacimientos, según el registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). De esta forma miles de mujeres consiguieron ser madres incluso a una edad en el que las posibilidades de quedarse embarazada son menores.
Actualmente, la Seguridad Social cubre estos tratamientos a parejas heterosexuales, lesbianas, mujeres solteras y personas trans, pero hay que cumplir unos requisitos. Según lo recogido por el Ministerio de Sanidad, la mujer no puede ser mayor de 40 años, ni el hombre mayor de 55 años; tampoco pueden tener hijos previos, a no ser que tengan una enfermedad crónica grave, ni tener un índice de masa corporal superior a 32. Y también hay limitaciones sobre el tratamiento, con cuatro ciclos de inseminación artificial y 3 ciclos de fecundación in vitro para parejas y seis intentos máximos de inseminación artificial de donante.
España cuenta con más de 400 centros, pero menos de un 20% son centros públicos
De estas limitaciones, la que más barrera genera es la de la edad. Muchas mujeres se plantean la maternidad más allá de los 40, otras llegan a los centros de reproducción asistencial antes de esta edad, pero las largas listas de espera de algunos de los hospitales, a veces de un año y medio o incluso de dos según recoge la revista científica ‘Reproducción Asistida’, hacen que cuando tengan la edad límite algunos las eliminen de la lista. España cuenta con más de 400 centros, pero menos de un 20% son centros públicos, cuyos requisitos para acceder al tratamiento gratuito varían dependiendo de la Comunidad Autónoma donde se enclaven.
ALGUNAS CC.AA. PERMITEN HASTA LOS 45 AÑOS
Hace un año la Comunidad de Madrid anunció que ampliaba el acceso a mujeres de hasta 45 años y a las que ya tengan un hijo, además se ampliaban a cuatro intentos completos a las mujeres. El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso no ha sido el único que en este último tiempo ha tomado decisiones en cuestión de natalidad. En junio el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) anunciaba que aquellas mujeres con 40 años cumplidos y buena reserva ovárica podría acceder al programa y se les practicaría hasta los 42 años los tres ciclos recogidos para la fecundación in vitro. Galicia es otra autonomía en la que, aunque la mujer no debe ser mayor de 40 años, se puede estirar el proceso hasta los 45 años como mucho. Las medidas tomadas son positivas, pero en algunos casos no resuelven los problemas de fertilidad de alguna mujer. Según los expertos, la reserva ovárica entre los 40 y 44 años es de media 1.1 ng/ml, siendo 0.8 ng/ml considerada baja, y que por tanto no entraría dentro de los programas de fecundación.
Otras Comunidades Autónomas cumplen simplemente con lo estipulado por el Ministerio de Sanidad, como es el caso de Cantabria, Murcia, Navarra, Valencia o Castilla y León, que señalan que no se puede tener más de 40 años al iniciar el proceso o no superar los 38 años si es mediante inseminación con semen de pareja. Otras como las Islas Baleares no continúan con el tratamiento una vez se ha cumplido la edad límite.
Y en otros casos se establece que las mujeres deben tener menos de 40 años en el momento de indicarse la técnica. Por ejemplo, Castilla-La Mancha señala la necesidad de no haber cumplido 39 años “en el momento de la primera consulta en la correspondiente unidad de reproducción asistida”; el País Vasco, la necesidad de ser menor de 40 años al empezar el tratamiento; Andalucía recoge en su ‘Guía de Reproducción Humana Asistida’ tener menos de 40 años en el momento de entrar en la lista de espera; lo mismo Canarias, y Cataluña establece no ser mayor de 38 años para inseminación artificial y menor de 40 años para fecundación in vitro. Unas diferencias por código postal que afecta al deseo de ser madre en un momento en el que se retrasa cada vez más este proceso por las condiciones sociales y económicas existentes.