La incidencia de los problemas de salud mental se han multiplicado exponencialmente en los últimos años. Así, la pandemia de Covid-19 sirvió como un factor acelerador para que muchos ciudadanos acrecentasen sus desequilibrios emocionales, a la vez que les invitó a perder el miedo de confesar una circunstancia que solía ser vista como un estigma. Sin embargo, para atender a toda esta creciente demanda de pacientes que reclaman asistencia no se ha llevado a cabo el suficiente aprovisionamiento de recurso y personal sanitario especializado en salud mental; lo que lleva a largas listas de espera y a la imposibilidad de un oportuno seguimiento de los pacientes.
En esta línea, recientemente la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) ha advertido de que España tiene en la actualidad una ratio de psiquiatras en la red pública de salud mental de 11,5 por cada 100.000 mil habitantes, lo que es "claramente inferior a la media de los países de la Unión Europea y muy inferior a la media de países del entorno con un PIB similar". No en vano, nos superan países como Portugal (14), República Checa (15), Bélgica (17), o Dinamarca, Reino Unido e Irlanda (19)". Por no compararnos con otros estados más avanzados en el ámbito como Austria y Suecia (22), Francia (23), Noruega (26) o Alemania (28).
Unos desequilibrios que desde el colectivo consideran "esencial poder corregir para asegurar la accesibilidad de todos los ciudadanos a los servicios de salud mental"
Una realidad que se traslada también a las "desigualdades" que se viven entre las diferentes CC.AA. de España. Afectando seriamente a la equidad entre los ciudadanos a la hora de acceder a un tratamiento psiquiátrico, dependiendo de si han nacido en una región o en otra. Un “desequilibrio” que hemos querido conocer de la mano del presidente de SEPSM, Manuel Martín Carrasco, quien aclara a ConSalud.es que aunque las ratios “no sean las deseadas”, se podría al menos trabajar porque “resultasen equitativas” a la hora de atender a cualquier persona en nuestro país.
En concreto, según los datos de SEPSM podemos encontrar autonomías como País Vasco y Cataluña que presentan unas cifras óptimas de psiquiatras por cada 100.000 habitantes -15 y 13,3, respectivamente-. Mientras que al otro lado de la atención en salud mental, nos encontramos territorios donde la situación es “más dramática” como Melilla (4,7), Ceuta (5,9), Comunidad Valenciana (5,9), Andalucía (6,2), Extremadura (6,8) o La Rioja (6,9). Unos desequilibrios que desde el colectivo consideran "esencial poder corregir para asegurar la accesibilidad de todos los ciudadanos a los servicios de salud mental".
El principio de una Sanidad universal e igualitaria para todos los españoles viene recogido por la constitución, pero la realidad no siempre es tan sencilla. Para empezar, las CC.AA. cuenta con sus propias competencias sanitarias y, por tanto, “cada región podría considerar unas prioridades u objetivos diferentes en sus estrategias para abordar la salud mental”. Es por ello, el camino pasaría por consensuar unos “estándares comunes” entre todas las autonomías. “Sería una labor del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) establecer estos consensos unificados y qué se considera como unos mínimos asistenciales que debe haber”, defiende el presidente de SEPSM.
Una vez acordados estos servicios mínimos requeridos en todo el Estado, entraría en juego la manera de invertir esos recursos, “tanto a nivel material, de estructuras y de personal”
Una vez acordados estos servicios mínimos requeridos en todo el Estado, entraría en juego la manera de invertir esos recursos, “tanto a nivel material, de estructuras y de personal”. Un punto que dependería de las “circunstancias particulares de cada región” a la hora de invertirlos y también de la realidad del “mercado laboral de los profesionales especialistas en salud mental”. Aquí es donde podrían surgir las principales dificultades para encontrar un número de efectivos suficientes para abarcar unos ratios razonables.
Para Martín Carrasco la actual circunstancia de falta de profesionales de Psiquiatría en nuestro país “no es nada nuevo, pero ahora está coincidiendo con un aumento de la demanda asistencial –alrededor de un 2% más que antes de la pandemia- y un incremento del número de efectivos que van a jubilarse en los próximos 5 años –el 20% de los psiquiatras del SNS tiene más de 60 años-“. Una necesidad importante de personal que “simplemente con las plazas de formación no será suficiente" para dar respuesta a las necesidades de los pacientes.
“Implantar la jubilación activa voluntaria en Psiquiatría, facilitar la llegada de profesionales extracomunitarios o mejorar las condiciones de contratación para atraer a los efectivos que han emigrado a otro país”
Para lograr acometer el reto de aumentar el ratio de profesionales por habitante y limar las desigualdades interterritoriales, el presidente de Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, advierte que “se necesitaría la incorporación de entre 370 y 565 psiquiatras al año durante los próximos 5 años, manteniendo constante el número de especialistas en formación, para alcanzar en el próximo lustro unas cifras óptimas de entre 13 y 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes en todo el territorio". Entre las medidas para lograrlo: “implantar la jubilación activa voluntaria en Psiquiatría, facilitar la llegada de profesionales extracomunitarios o mejorar las condiciones de contratación para atraer a los efectivos que han emigrado a otro país”, concluye.