En el marco de las negociaciones abiertas entre el Ministerio de Función Pública y las aseguradoras para renovar el modelo de Muface, el Ministerio de Sanidad sacó a la luz esta semana el informe bajo el nombre “MUFACE: del seguro privado al Sistema Nacional de Salud”. Un documento que analiza la viabilidad de que la sanidad pública asuma a los mutualistas que quedarían huérfanos de este modelo de colaboración sanitaria privada que lleva 50 años vigente en nuestro país; todo ello, en un plazo de 9 meses.
Sin embargo, pese al optimismo del ministerio de Mónica García, los gobiernos autonómicos observan con gran recelo esta posibilidad ante el posible aumento de la demanda asistencial que implicaría para sus servicios de salud dar cuenta de este colectivo de alrededor de 1,5 millones de personas. Máxime en un escenario de falta de profesionales sanitarios suficientes en el SNS, sobrecarga de los centros, elevadas listas de espera, creciente envejecimiento poblacional y progresiva cronificación de las enfermedades.
Las dos ciudades autónomas se destacan significativamente del resto de regiones españolas en cuanto al porcentaje de mutualistas sobre el total de su población: un 5,27% en Ceuta y un 5,13% en Melilla
El propio documento de Sanidad divide el mapa sanitario nacional entre tres tipos de territorios, basándonos en las consecuencias que implicaría la desaparición de Muface para su sanidad pública. Suponiendo un impacto bajo en Baleares, Cataluña, Euskadi y Navarra, donde los mutualistas representan menos del 1,2% de la población; un impacto medio en Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Galicia, Madrid, Murcia y La Rioja, donde oscila entre el 1,9% y el 2,42%; y un impacto alto en Andalucía, Castilla y León, Extremadura, Ceuta y Melilla, con cifras significativamente superiores al promedio.
MUFACE: CLAVE EN CEUTA Y MELILLA
De esta manera, el propio estudio desarrollado por el Ministerio de Sanidad deja a las claras la especial debilidad de los únicos territorios que se encuentran bajo su gestión, Ceuta y Melilla, así como el riesgo que supondría para sus mermados servicios de salud la desaparición de Muface. No en vano, las dos ciudades autónomas se destacan significativamente del resto de regiones españolas en cuanto al porcentaje de mutualistas sobre el total de su población: un 5,27% en Ceuta y un 5,13% en Melilla, siendo la media nacional de apenas el 2,12%.
Las cifras de mutualistas mayores de 65 años –población especialmente dada a requerir atención sanitaria frecuente- suponen un 9,08% sobre el total de la población en Ceuta y un 9,33% en Melilla
La situación para las localidades norteafricanas se torna aún más oscura si nos centramos en los tramos de edad de todas estas personas, ahora cubiertas por la sanidad privada. Las cifras de mutualistas mayores de 65 años –población especialmente dada a requerir atención sanitaria frecuente- suponen un 9,08% sobre el total de la población en Ceuta y un 9,33% en Melilla, cifras muy por encima de la media nacional del 3,32% y que multiplican prácticamente por ocho a territorios como el País Vasco (1,63%) o Navarra (1,64%).
LA GOTA QUE PUEDE COLMAR EL VASO
A estas significativas cifras, que muestran la alta dependencia de Muface a la hora de asegurar el cuidado de un importante grueso de población, se une la “crisis sanitaria” que vienen denunciando durante los últimos años los diferentes colectivos sanitarios, instituciones y organizaciones sociales de Ceuta y Melilla. Un malestar que ha llevado a protestas ciudadanas y una larga huelga médica en ambas localidades, en las que se reclamaba al Ministerio de Sanidad –Ingesa- la adopción de medidas para paliar la falta de médicos.
Ceuta y Melilla sean los rincones con una ratio de médicos por cada 100.000 habitantes más baja de España. En el caso de la Atención Primaria se sitúan en 0,47 facultativos, frente a una media nacional de 0,77
En esta línea, las organizaciones sindicales destacan a ConSalud.es que todavía "no se ha aprobado ninguna actualización" de las necesidades de plantilla, ni mejoras significativas en las condiciones laborales que hagan atractivo ejercer en estas ciudades. "Acumulamos retrasos en procesos de estabilización, faltan muchos especialistas, hay médicos en situaciones administrativas inverosímiles y servicios excediendo el número de horas de guardia por la inoperancia de Ingesa. Además, nos esperan años con muchas jubilaciones", lamentan.
No en vano, en marzo de 2023 ambos territorios fueron reconocidos por el Gobierno como áreas de difícil cobertura. Pese a ello, desde los sindicatos médicos de ambas ciudades insisten en que no se han implantado ninguna de las medidas de incentivo recogidas para atraer a facultativos. No sorprende, por tanto, que Ceuta y Melilla sean los rincones con una ratio de médicos por cada 100.000 habitantes más baja de España. En el caso de la Atención Primaria se sitúan en 0,47 facultativos, frente a una media nacional de 0,77.
En este contexto, los datos manejados por el Ministerio de Sanidad, más aún en Ceuta y Melilla, parecen desalentar la propia propuesta ministerial de asumir a los beneficiarios de Muface en la sanidad pública. En unos servicios de salud “precarizados y de tercera”, bajo la gestión de Ingesa, se hace difícil plantearse que este cambio de modelo no suponga la ‘explosión definitiva’ de la sanidad al otro lado del Estrecho.