El estudio biomecánico de la pisada consiste en aplicar los movimientos mecánicos que realizamos a la biología del cuerpo humano. En primer lugar, se escucha al paciente para saber qué le duele, cuáles son sus percepciones, quién le ha derivado a la consulta, en caso de que haya sido derivado por otro especialista, entre otras. Esto, que puede parecer algo muy obvio, es una parte fundamental del estudio. A continuación, realizamos un chequeo anatómico del pie que normalmente se lleva a cabo en la camilla con el paciente sentado y tumbado en diferentes posiciones. Se palpa el pie y se estudia su estructura ósea, su musculatura y la relación que existe con las extremidades inferiores.
El siguiente paso es un estudio podoscópico. El podoscopio es un aparato compuesto de varios cristales que nos permite visualizar en detalle la planta del pie. Una vez que obtenemos los resultados del podoscopio, continuamos el estudio del pie en estático en una plataforma de presiones. Esta plataforma nos proporciona una serie de imágenes que nos indican exactamente cómo pisa el paciente: cuáles son sus puntos de apoyo, si hay algún punto en el que ejerce demasiada presión o si hay otros puntos que debería apoyar y que, sin embargo, no está apoyando.
Cada pie tiene una arquitectura determinada y en función de esa arquitectura tiene un comportamiento mecánico que deriva en un movimiento
Cada pie tiene una arquitectura determinada y en función de esa arquitectura tiene un comportamiento mecánico que deriva en un movimiento. Sin embargo, es muy importante saber que existen pies que no se comportan en consonancia con su arquitectura y, por eso, es fundamental estudiarlos también en movimiento. Para ello, contamos con una plataforma de presión larga, de cinco metros, donde analizamos cómo son los pasos que da una persona. Esos datos quedan registrados en un sistema informático que nos proporciona información muy valiosa sobre la pisada del paciente.
Y, ya por último, utilizamos una cinta de correr, como las de los gimnasios, que tiene incorporada una cámara de alta velocidad. Este tipo de cámaras perciben movimientos o secuencias de movimientos totalmente imperceptibles para el ojo humano y que pueden ser claves a la hora de realizar el diagnóstico final.
TIPOS DE PACIENTES Y TRATAMIENTOS
Según explica Ferreras, los pacientes que más acuden a consulta son los de origen traumatológico y vascular pero también niños con problemas en los pies o en las articulaciones relacionadas con los pies, personas mayores con fenómenos degenerativos propios de la edad, pies diabéticos, deportistas profesionales o trabajadores de cadenas de producción que utilizan a diario calzado de seguridad.
En cuanto a los tratamientos más efectivos, Ferreras aclara que la mayoría de estas dolencias se pueden solucionar con una plantilla adecuada. Asimismo, señala que parte de la Unidad Biomecánica de Pie se dedica a fabricar prótesis. “La elaboración de una plantilla es, a día de hoy, increíblemente compleja y diversa. Se pueden emplear infinidad de técnicas de fabricación y, por ello, es importantísimo, por una parte, analizar en profundidad los pies del paciente para saber qué técnica es la más adecuada en cada caso y, por supuesto, por otra parte, disponer de los medios necesarios para poder fabricarlas” indica el ortopeda.