Los profesionales subcontratados del transporte sanitario de Osakidetza han comenzado este lunes una huelga para reclamar su equiparación con el resto de compañeros. De esta manera, los sindicatos ELA, LSB-USO, LAB, UGT, CCOO y ESK han llamado a secundar este 8 de enero la huelga del personal en este servicio sanitario. Una protesta que ha conllevado concentraciones en el Hospital de Cruces, en el Hospital de Donostia y en el Hospital Universitario de Araba. Según han informado los convocantes, la huelga se prolongará durante dos semanas, para exigir "la homologación de las condiciones laborales con el personal contratado directamente" por el Servicio Vasco de Salud en el área de transporte sanitario.
El delegado del sindicato ESK en Osakidetza, Patxi Nicolau, nos aclara a ConSalud.es las principales reivindicaciones que han llevado a la consecución de esta huelga, asimismo valora que desde el departamento de Salud autonómico "no se ha recibido ninguna convocatoria de reunión", aunque sí con el Departamento de Trabajo, "con el que sindicatos y patronal se han reunido dos veces, sin avance por el momento". Las demandas detrás de esta jornada, que se extenderá durante 15 días, “llevaban tiempo” sobre la mesa de los responsables sanitarios con el fin de “equiparar las condiciones laborales de este colectivo con las de sus compañeros en el País Vasco”.
“No se ha negociado nada hasta ahora, el diálogo ha estado bloqueado; justo en el momento en el que La PAU entró a formar parte de esto”
El responsable sindical aclara que en Euskadi el transporte sanitario, tanto urgente como no urgente, se encuentra subcontratado a empresas privadas encargadas de su gestión, a excepción de ciertos vehículos de urgencias medicalizadas. “Se crearon unos pliegos que han llevado a un monopolio de empresas: Ambulancias La PAU en Vizcaya y Álava, y Ambulancias Guipúzcoa en su respectiva provincia”, relata. En este contexto, fue en 2017 cuando se firmó el primer convenio en el marco de las empresas gestoras de los transportes sanitarios –ya caducado-, y “desde 2021 este personal se encuentra sin convenio colectivo” que le ampare.
De esta manera, los trabajadores subcontratados en Osakidetza llevan varios años sin que se actualicen sus tablas salariales al IPC o sus licencias y permisos. “No se ha negociado nada hasta ahora, el diálogo ha estado bloqueado; justo en el momento en el que La PAU entró a formar parte de esto”, remarca Nicolau. Una circunstancia que les ha llevado a la convocatoria de diferentes ciclos de huelgas intermitentes a lo largo del pasado 2023, “sin obtener respuesta por parte de la mesa negociadora”, y que ha desembocado este lunes en esta nueva iniciativa de paros.
“El conductor de una ambulancia medicalizada no cobra, ni tiene las mismas horas o jornadas de conciliación que su compañero subcontratado”
En concreto, estas plantillas reclaman no sólo una mejora de sus condiciones laborales, sino una igualdad con respecto al personal del Servicio Vasco de Salud. Un 90% de estas empresas, “por no decir el 100%”, trabajan para el departamento vasco de salud, quien realiza servicios con su personal propio. Esto lleva a una “doble escala salarial”, indica el delegado de ESK, quien considera que “el conductor de una ambulancia medicalizada no cobra, ni tiene las mismas horas o jornadas de conciliación que su compañero subcontratado”.
Ante esta realidad, desde los sindicatos convocantes del paro, perciben que las empresas privadas responsables de este personal se encuentran en una “cerrazón”. En esta línea, había una reunión de la mesa negociadora, prevista para el pasado 28 de diciembre, de las que estas empresas finalmente “se desmarcaron”. Un último episodio que encendió los ánimos y abocó a estos profesionales a tomar el camino de una nueva huelga, condicionada a que se pueda plantear un diálogo que implique dar respuesta a sus reclamaciones.
Mantiene la incertidumbre sobre el transporte sanitario vasco, especialmente coincidiendo con un pico de contagios por gripe y Covid-19
Desde el sindicato ESK han querido aclarar que la solución a todas estas circunstancias de desigualdad entre los trabajadores subcontratados de Osakidetza pasaría por trasladar la gestión de este tipo de servicios al ámbito público. “El transporte sanitario debería ser prestado por personal propio de Osakidetza y, en este camino, defendemos que estas plantillas se dirijan paulatinamente hacia una homologación de condiciones laborales con el resto de sus compañeros del Servicio Vasco de Salud” indica Nicolau, añadiendo que este cambio de paradigma obligaría a tener que absorberlos “porque, económicamente, Osakidetza saldría perdiendo si tuviera que subcontratarlos”.
Con todo ello, el delegado de ESK avanza a nuestro medio que, en la mañana de este mismo lunes, han registrado un escrito al órgano administrativo de recursos contractuales del Gobierno Vasco solicitando la “paralización” de los pliegos del transporte sanitario no urgente que se publicaron el pasado 21 de diciembre, por entender que, en ellos, “Ambulancias La Pau ha incluido en Álava ha incluido personal que no debe ser subrogado y que va a tener que pagar el propio Ejecutivo vasco”, denuncia. Un paso más que, unido a la huelga, mantiene la incertidumbre sobre el transporte sanitario vasco, especialmente coincidiendo con un pico de contagios por gripe y Covid-19.