Este pasado sábado se hacía público el nombramiento de Alberto Martínez como nuevo consejero de Salud del País Vasco, quien dará relevo a Gotzone Sagardui al frente de esta cartera. El recién nombrado lehendakari, Imanol Pradales, delega así su confianza en el hasta ahora jefe del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del Hospital Universitario de Cruces de Bilbao. En sus manos queda “impulsar la calidad y el prestigio de Osakidetza”, una de las prioridades que el nuevo Ejecutivo de coalición entre PNV y PSE-EE se ha marcado para la presente legislatura. No en vano, según la encuesta preelectoral del CIS, Osakidetza era la principal preocupación para los ciudadanos vascos.
La apuesta por un perfil sanitario para el cargo marca una declaración de intenciones a la hora de abordar las necesarias mejoras pendientes en el Servicio Vasco de Salud. Asimismo, Martínez parece haber concitado el acuerdo entre los nacionalistas y sus socios de Gobierno socialistas. No en vano, como paso previo a la investidura de Imanol Pradales como lehendakari –con el apoyo del PSE-EE- ambas formaciones rubricaron un acuerdo programático en el que fijaron como "prioridad de país" garantizar una sanidad pública, universal, dimensionada y de máxima calidad en Euskadi”.
Entre las estrategias más acuciantes se encuentra la puesta en marcha de un “plan de choque” para reforzar la Atención Primaria y reducir las listas de espera quirúrgicas
De esta manera, Alberto Martínez tendrá por delante afrontar importantes retos como el creciente envejecimiento de la población; el incremento de las enfermedades crónicas y sus costes sanitarios asociados; la falta de profesionales sanitarios, especialmente en Atención Primaria; la mayor exigencia social con los servicios públicos; la apuesta por la digitalización y el empleo de las nuevas tecnologías al servicio del paciente; el abordaje de las enfermedades raras; la ascendente incidencia de los problemas de salud mental; o velar por la cobertura asistencial de todos los vascos, independientemente del lugar donde vivan.
ATENCIÓN PRIMARIA Y PROFESIONALES
En este sentido, el propio lehendakari avanzó algunas medidas en las que Martínez deberá ponerse a trabajar en los próximos meses, una vez tome posesión efectiva de su cargo. Entre las estrategias más acuciantes se encuentra la puesta en marcha de un “plan de choque” para reforzar la Atención Primaria y reducir las listas de espera quirúrgicas; con un plazo máximo de 48 horas para consultas primarias y menos de 2 meses para especialistas. Todo ello, asociado a la reorganización y el aumento en la contratación del personal.
Tiene sobre la mesa aumentar las plazas en las Ofertas Públicas de Empleo para personal facultativo y de enfermería y promover el acuerdo para abordar fórmulas de contratación más estable para quienes no accedan a las OPE
En lo relativo los trabajadores de Osakidetza,el consejero tiene sobre la mesa aumentar las plazas en las Ofertas Públicas de Empleo para personal facultativo y de enfermería y promover el acuerdo para abordar fórmulas de contratación más estable para quienes no accedan a las OPE. Paralelamente, tendrá el cometido de impulsar una política de personal incentivadora a la atracción y retención de talento; impulsar el diálogo social con los agentes de Osakidetza con el fin de renovar el acuerdo de condiciones laborales; o desarrollar un Plan de formación de profesionales.
INFRAESTRUCTURAS Y SALUD MENTAL
Otro de los puntos marcados en rojo para la nueva legislatura sanitaria esdesarrollar el prometido 'Plan de Inversiones 2030', en trabajo conjunto con otras instituciones públicas, para abordar la modernización y ampliación de las infraestructuras de Atención Primaria y del sistema hospitalario. Un cometido para el que se recogerá un presupuesto hasta esa fecha de 1.000 millones de euros.
El nuevo Gobierno recoge ofrecer herramientas y recursos desde Osakidetza para velar por el aspecto emocional de las personas, especialmente en la población más joven
El aumento de la demanda asistencial por problemas asociados a la salud mental es una incidencia de la que el País Vasco estará también pendiente. En este sentido, el nuevo Gobierno recoge ofrecer herramientas y recursos desde Osakidetza para velar por el aspecto emocional de las personas, especialmente en la población más joven. Asimismo, estipula crear una unidad de apoyo psicosocial en suicidio que atienda al entorno de la víctima y le ofrezca un apoyo específico en el duelo. Además, plantean también fomentarán la coordinación con Educación y aumentar las plantillas disponibles.
Asimismo, como otras promesas prioritarias que Martínez deberá respaldar aparece la revisión del mapa de los Puntos de Atención Continuada (PACs) en Euskadi para valorar las necesidades existentes; poner en marcha un programa de detección temprana en patologías cardiovasculares (QBihotz); impulsar la participación activa de pacientes y cuidadores como agentes de cambio; o ampliar y mejorar los programas de fertilidad en los servicios de ginecología de Osakidetza para dar apoyo a la maternidad y paternidad en Euskadi.
Su larga experiencia como facultativo le hará conocer de primera mano las principales carencias del colectivo sanitario y le facilitará trabar los cauces de diálogo necesarios con los sindicatos
De esta manera, tras una última legislatura marcada por la pandemia de Covid-19 y sus secuelas en los servicios asistenciales, la llegada de Alberto Martínez a la cartera de Salud se presenta como el punto de inflexión ideal para retomar la “excelencia” de la sanidad pública vasca. Asimismo, su larga experiencia como facultativo le hará conocer de primera mano las principales carencias del colectivo sanitario y le facilitará trabar los cauces de diálogo necesarios con los sindicatos para calmar unas aguas que venían revueltas desde los últimos años.