El Servicio de Rehabilitación del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) ha incorporado la terapia acuática para pacientes neurológicos, un tipo de tratamiento con el que se pueden conseguir importantes mejoras en el estado físico de estas personas y proporciona además beneficios en los aspectos cognitivos, influye positivamente en su estado de ánimo y aumenta la relajación, lo que mejora la concentración y facilita el sueño.
Quince pacientes se benefician ya de esta terapia, que se puso en marcha la semana pasada en la Clínica Ubarmin, a través de la Sección de Rehabilitación Neurológica del Servicio de Rehabilitación.
Según la evidencia científica disponible, la terapia acuática viene demostrando su efectividad a lo largo de la última década y se considera una elección de rehabilitación holística e integral, que tiene en cuenta tanto aspectos físicos como cognitivos y emocionales en la recuperación de las personas que se benefician de ella. El tratamiento del paciente en flotación e ingravidez a temperatura adecuada facilita la movilidad y mejora su capacidad funcional.
Entre los beneficios, destaca la mejora de la marcha, el control postural y las actividades del día a día
La aplicación estos tipos de terapia está en constante evolución y algunas de sus utilidades son de gran relevancia para la independencia funcional y el fomento de la autonomía de este colectivo de pacientes. Entre los beneficios que aporta, destaca la mejora de la marcha, el control postural y las actividades del día a día, lo que aumenta la calidad de vida del paciente.
Las principales personas beneficiarias de esta terapia serán pacientes que sufren procesos neurológicos como secuelas de ictus, traumatismos cráneo-encefálicos, esclerosis múltiple y lesiones neurodegenerativas. La terapia será impartida tanto por fisioterapeutas como por terapeutas ocupacionales.
En la fase inicial de puesta en marcha del programa está previsto tratar a cuatro pacientes por día y aumentar de modo progresivo la actividad hasta llegar a alcanzar un total de ocho pacientes por día, lo que supone unas 2.000 sesiones anuales.