Navarra elabora el primer plan director de eliminación del amianto

Se estima que en la comunidad foral de Navarra existe, al menos, una superficie de cubiertas de fibrocemento de más de seis millones de metros cuadrados y 566 kilómetros de canalizaciones de este material.

Uxue Barkos, presidenta de Navarra
28 marzo 2019 | 12:00 h

El Gobierno de Navarra ha adoptado, en su sesión de este miércoles, un acuerdo por el que se aprueba el primer plan director de eliminación del amianto, mineral cancerígeno, especialmente a través de la exposición laboral al mismo. Este documento ha permitido conocer la superficie existente en la comunidad foral de material con amianto, que supone, al menos, 6.368.651 metros cuadrados de cubiertas de fibrocemento (conocido como uralita) y 566 km de canalizaciones. Esta estimación es orientativa, ya que también hay fibrocemento oculto que, por ahora, es imposible cuantificar.

En cuanto a la afectación a la salud por exposición laboral, cabe indicar que en diciembre de 2018 había 3.192 personas incluidas en el Registro del Servicio de Salud Laboral del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (Ispln), que cuentan con seguimiento postocupacional en el Servicio de Neumología del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN).

Cabe destacar que es el primer plan de estas características que se elabora en España y uno de los primeros de Europa, ya que solo Polonia está ejecutando algo similar

Este documento obedece a una moción del Parlamento de Navarra, del 14 de septiembre de 2017, por la que instaba al Ejecutivo foral a elaborar un plan que desarrollara el proceso para eliminarlo, en el que se incluyera un censo y mapa de localización del mineral. También se alinea con una resolución del Parlamento Europeo de marzo de 2013, sobre los riesgos de la salud en el lugar de trabajo relacionados con el amianto y perspectivas de eliminación de todo el existente en la Unión Europea (UE), así como con un dictamen del Comité Económico y Social Europeo de 2014, que establece entre sus conclusiones el objetivo de eliminar el amianto de la UE para finales de 2032.

En este sentido, cabe destacar que es el primer plan de estas características que se elabora en España y uno de los primeros de Europa, ya que solo Polonia está ejecutando algo similar.

PLAN DE ACCIÓN PLURIANUAL

Tras designar a un equipo técnico de las administraciones implicadas encargado de diseñar el plan, se contrató a la empresa pública Tracasa y al Departamento de Ingeniería de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) la teledetección y geolocalización de cubiertas de fibrocemento. Además, se solicitó información sobre las canalizaciones de fibrocemento a las mancomunidades de abastecimiento y saneamiento, y sobre regadíos a Intia. También se encargó un informe sobre las opciones de almacenamiento en vertedero a la empresa pública Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK).

El documento describe, entre otros aspectos, información sobre los efectos del amianto sobre la salud, estudio de la situación de este mineral en Navarra, un análisis de opciones para su eliminación, así como los criterios, necesidades y propuestas de actuación para un plan de acción plurianual 2020-2030 dirigido a su eliminación segura y progresiva.

Este plan de acción tendría un coste estimado de, al menos, 245 millones en 12 años, que se invertirán en evitar daños en la salud pública de la población general y laboral

Este plan de acción tendría un coste estimado de, al menos, 245 millones en 12 años, que se invertirán en evitar daños en la salud pública de la población general y laboral. Se ganarían años y calidad de vida y se reduciría el elevado coste producido por la atención sanitaria a las personas enfermas. A ello hay que sumar un evidente beneficio medioambiental.

Asimismo, la incertidumbre social sobre el grado de exposición a este mineral puede ser corregida al identificarse los lugares en los que se encuentra, y garantizar su posterior gestión con parámetros de seguridad. Ello irá unido al hecho de que la retirada segura de los MCA (material contenedor de amianto) revalorizará inmuebles y terrenos, hoy degradados por la presencia de elementos y escombros con amiantos. También tendrá beneficios en investigación, formación y creación de nuevos empleos especializados en la gestión y retirada adecuada de estos materiales. Por último, la habilitación de los necesarios lugares de vertido con garantías reducirá costes de transporte.

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