El equipo de Santos Induráin, consejera de Salud de Navarra, empezaba legislatura con un abanico de propuestas que toparon con el inicio de la pandemia en 2020. Con todo, para Induráin la pandemia, más que un revés, se ha convertido en todo un reto para el SNS.
¿Qué balance sanitario hacen de este 2020?
Ha sido un año duro e intenso. La pandemia no lo ha marcado todo aunque también es cierto que hemos tratado de mantener nuestra propia hoja de ruta sanitaria ya que acabábamos de iniciar la legislatura con un amplio abanico de apuestas estratégicas. Alguna de ellas, obviamente, han tenido que esperar. Otras, por el contrario, han sido aceleradas por este enorme reto profesional y personal que ha supuesto, que está suponiendo la Covid-19. Resulta complejo realizar balances. Hacer balance supone poner cosas en cada lado de la balanza. Y en el lado negativo obviamente tenemos que recordar a las personas que han fallecido por este virus y también por otras enfermedades que no han dado tregua así como las miles de familias que han sufrido por esto. Realmente creo que los y las profesionales de salud han hecho todo lo que ha estado en su mano por cuidar y curar. Muchas veces en condiciones muy difíciles. Y precisamente, si tuviera que colocar en el otro platillo lo positivo me quedaría por el enorme esfuerzo colectivo demostrado por el sistema sanitario para afrontar el reto que ha supuesto la Covid 19. Una pandemia que ha revalorizado precisamente la importancia de los cuidados en lo humano y en lo profesional y que ha vuelto a poner la salud en el centro de la agenda política en el buen sentido de la palabra. Es decir, se ha constatado que la inversión en salud pública es la mejor garantía de la cohesión y del desarrollo social y económico.
“No era fácil para un sistema tan grande como el sanitario, que no para ni de día ni de noche, pero ha sabido reorganizar y mutar a la misma velocidad casi que el virus"
La llegada de la pandemia ha supuesto un revés para el SNS. ¿Qué cambios deberían llevarse a cabo?
Yo no lo calificaría de un revés. Prefiero hablar de reto. Si se quiere en todo caso de una pandemia que nos llegó a poner en jaque a muchos sistemas sanitarios pero ante el que hemos sabido responder y darle la vuelta a la partida. Una partida que aún no ha terminado pero que estoy convencida que entre todos y todas vamos a ganar. ¿Cambios? Muchísimos. De hecho desde el último centro de salud hasta el primer hospital tuvieron que reorganizarse prácticamente de la noche a la mañana para atender esta pandemia. También nuestra manera de trabajar, de cooperar, de actúar. La Covid 19 ha sido en sí misma cambio. Quien no ha entendido que el sistema debería ser completamente flexible para adaptarse a cada momento y necesidad lo ha pasado mucho peor. No era fácil pero esta profesión y un sistema tan grande como el sanitario, que no para ni de noche ni de día los 365 días del año y que llega hasta el último rincón de nuestro territorio, ha sabido reorganizar y mutar a la misma velocidad casi que el virus.
¿Cuáles han sido las lecciones aprendidas hasta ahora con la llegada del nuevo coronavirus?
Esta pandemia ha dejado muchas enseñanzas y ha acelerado procesos que ya estaban en marcha. La importancia de la Atención Primaria y Comunitaria; el valor fundamental del capital humano del sistema sanitario más allá de infraestructuras y tecnologías, que son también necesarias; la eficacia de la coordinación y trabajo en equipo tanto entre redes como entre niveles, centros, servicios, estamentos… La necesidad de profesionalizar la gestión y de una mayor autonomía de un sistema sanitario que tuvo que adaptarse casi en horas a un nuevo reto, pero que vuelve a chocar ahora con la rigidez de las viejas estructuras administrativas. Es preciso conseguir una mayor autonomía para poder gestionar los servicios sanitarios si queremos responder a los nuevos retos. Son muchas las asignaturas inaplazables y las evidencias que ha dejado ya la Covid sobre toda una profesión, la sanitaria, que se ha resituado en el motor de una sociedad ante los retos de un siglo XXI que no ha hecho más que comenzar. Hay que llegar a la orilla de esta pandemia y zarpar con el rumbo claro en estas complicadas aguas de la época que nos ha tocado vivir.
La tecnología sanitaria tiene cada vez más fuerza, tanto en el ámbito de la investigación como en el abordaje del paciente. ¿Qué acciones se están llevando a cabo desde la Consejería en este ámbito?
Efectivamente esa es otra de las enseñanzas que deja la pandemia, aunque ya estábamos en ello. Navarra está realizando una apuesta importante por la medicina personalizada, entro otros temas en los que ya veníamos trabajando que tienen que ver con la digitalización de algunos procesos para facilitar la accesibilidad. Y esto y pensando por ejemplo todo el tema de las interconsultas etc. en una comunidad como Navarra que cuenta con una gran diversidad territorial y zonas muy rurales. No quiero entrar en muchos más detalles pero es evidente que la pandemia ha acelerado también toda la importancia de la innovación también en este campo de lo instrumental pero sin olvidar ni antes ni ahora que la tecnología está al servicio de los profesionales y de los pacientes. Y en este sentido el departamento de Salud participa en toda la estrategia de innovación y transformación digital del Gobierno de Navarra con proyectos propios en el marco de las ayudas estatales y europea.
¿Cuáles van a ser los principales objetivos para 2021?
Evidentemente el objetivo más urgente y prioritario es controlar la pandemia con el efecto sinérgico de diferentes medidas que se están tomando tanto en el ámbito de la detección, Navarra en este sentido está a la cabeza en trazabilidad y número de pruebas por habitantes, como en protección colectiva (combinando con equilibrio las restricciones normativas con la intervención comunitaria) y el arranque de la vacunación que esperemos que nos reporte la inmunidad necesaria para pasar página. No obstante como saben está siendo un proceso tan esperanzador como complejo en su gestión debido a diferentes factores como los suministros de vacunas de diferente tipo con sus cadencias y características; el reto logístico y de distribución de las mismas con la coordinación; la priorización por grupos de población según los criterios ya conocidos de exposición, mortalidad y morbilidad, riesgo de transmisión, vulnerabilidad… Todo ello casi en una especie de competición cuando a mi entender debería ser una carrera de fondo y de relevos en la que el único adversario es el virus y en la que es muy importante también reforzar la idea de que hasta que se logre un inmunidad de grupo hay que mantener las medidas de protección y prevención.
“La vacunación se ha convertido en una especie de competición cuando a mi entender debería ser una carrera de fondo y de relevos en la que el único adversario es el virus”
Confiemos en que la Covid 19 no monopolice todo el año. Por ello, y no quiero ponerlo en segundo lugar sino solo en términos de exposición, para nosotros siempre ha sido muy importante recuperar y mantener al máximo la actividad ordinaria. La primera ola provocó que se priorizara lo urgente e importante pero creo que en esta segunda, con gran esfuerzo, hemos logrado compatibilizar la atención Covid con el mantenimiento de lo no Covid para evitar esos efectos larvados que pueden pasar una alta factura en términos sanitarios. Tambien, como otra lección aprendida y reto para esto año, vemos importante la extensión del modelo de atención integrada sociosanitaria. Finalmente, desde una perspectiva también muy estratégica, pensamos que es importante no renunciar a la idea clave de que el sistema sanitario necesita producir salud además de curar enfermedades. Y en ello estamos.