Son las 7.55 de un día cualquiera en la semana de San Fermín. Uno de los momentos de mayor tensión del día, pues el encierro está a punto de comenzar. Los dispositivos sanitarios ya se encuentran preparados para este momento, especialmente delicado, en el que podrían tener que atender a algún herido y que da el pistoletazo de salida a otro día de trabajo intenso. “Pero para ese momento nosotros ya llevamos desde las 6 de la mañana preparando el briefing de la noche anterior”, comenta Javier Mendía, gerente de DYA Navarra.
Mendía pertenece al dispositivo sanitario que el Gobierno de Navarra pone en marcha cada año para cubrir los Sanfermines. Junto al 112 y a Cruz Roja Navarra, la DYA se ocupará desde el 6 hasta el 14 de julio de velar por la seguridad de locales y visitantes que, este año con la emergencia sanitaria totalmente finalizada, serán más que nunca.
Mañana día 6 comienzan estas dos semanas de vértigo con el tradicional ‘Chupinazo’. Es un día de mucha aglomeración, comenta el gerente. “Para este día preparamos tres casetas medicalizadas, que se mantienen hasta el final de las fiestas”. Además, con motivo especial del cohete, se refuerza la asistencia con ambulancias y otros dispositivos de curas. Igualmente, desde Salud se repartirán alrededor de 10.000 pulseras identificativas para menores, en las que los padres podrán escribir su contacto.
El equipo de la DYA, en función del momento del día, puede llegar a involucrar a unas 30 o 60 personas
Los accidentes, ahora que no está permitido introducir botellas a la Plaza del Ayuntamiento, se han reducido en el Chupinazo. “Antes llegaba mucha gente a nuestros puestos con cortes y golpes, pero ahora se producen muchas menos atenciones en este sentido”. El equipo de la DYA, en función del momento del día, puede llegar a involucrar a unas 30 o 60 personas, entre médicos, enfermeros o socorristas, entre otros.
Todas estas personas son voluntarias, pero se requieren perfiles específicos para desempeñar el trabajo. “Antes de nada tienen que realizar un curso de primer interviniente, y en función de papel que quiera desempeñar, necesitará los cursos de cada especialidad”. Además, se les proporciona formación continuada durante todo el año. Igualmente, antes de Sanfermines, la DYA recibe adicionalmente cursos de “reciclaje” en el hospital, pero durante todo el año acuden a las fiestas y encierros de todos los pueblos. “El dispositivo que tenemos durante todo el año es importante, somos unos 600 voluntarios”.
Javier ya lleva un año y medio en esta entidad, y comenta que, normalmente, las intervenciones que más se repiten son cortes, golpes, episodios de calor, intoxicaciones de alcohol o drogas, e incluso peleas, aunque reconoce que este último caso es el menos común. “Nosotros esencialmente estamos a disposición del 112, lo que conseguimos es que no lleguen muchos casos al complejo hospitalario”. De esta manera, la DYA es esencial para evitar congestiones en urgencias hospitalarias. Concretamente, “el pasado año atendimos a unas 1.200 personas. Este año, que se espera mayor afluencia de gente, prevemos atender a unas 1.800”. Esto supone más de 100 atenciones diarias.
"Lo que conseguimos es que no lleguen muchos casos al complejo hospitalario"
En un dispositivo de este calibre pueden llegar a presenciarse accidentes muy comprometidos, “como la pérdida de un ojo en una pelea, aunque son hechos muy puntuales. Normalmente los días transcurren con tranquilidad”. Existe, por otro lado, un protocolo concreto para los casos de violencia o agresiones machistas, por lo que las mujeres que puedan sufrir este tipo de casos pueden acudir a la DYA. “El año pasado, por ejemplo, tuvimos algunos avisos por pinchazos, aunque finalmente la mayoría no llegaron a trascender”.
Para Javier, pese a que “la jornada no llega a frenarse”, algunos momentos provocan una mayor tensión durante estos días. “El encierro es un momento en el que hay que estar muy atento, también durante los fuegos artificiales de la noche”, comenta. “Al final tenemos que estar todo el rato preparados para un IMV (incidente de múltiples víctimas)”. Unos días que, para la mayoría de personas, están ideados para disfrutar. Desde dentro de los dispositivos, se viven las festividades desde otra perspectiva. “Siempre lo vemos desde el punto de vista organizativo. Hay que tener en cuenta que para que se produzca un encierro, por ejemplo, intervienen unas mil personas de mucha tipología. Además tenemos que tener una coordinación las 24 horas del día”.
Para quienes vayan a acudir a Sanfermines este año, desde la DYA sólo se recomienda a la población “que se lo tome con calma”. Es decir, “que la gente lo disfrute mucho, pero que tenga prudencia; con los dispositivos tenemos todo muy controlado y muy vigilado, por lo que no suele haber grandes problemas”, concluye Mendía. Vienen por delante unas semanas clave para la ciudad de Pamplona, en las que la labor de estos dispositivos sanitarios se hace más importante que nunca.