La falta de médicos ha llevado a varias CC.AA. a agilizar la llegada de médicos extracomunitarios, aparcando el requisito de nacionalidad. Esta estrategia se ha dirigido a las especialidades más deficitarias, con el fin cubrir plazas que han quedado desiertas por parte de los facultativos nacionales y europeos. A todos ellos se les ha ofrecido un contrato temporal para reforzar las plantillas de manera extraordinaria y tratar de paliar la dificultad de reponer efectivos ante las sucesivas jubilaciones. Territorios como la Comunidad de Madrid, Andalucía o País Vasco han sido los que más se han significado en esta medida excepcional.
En el caso de la región capitalina, el Gobierno de Madrid habilitó ya el pasado mes de septiembre la posibilidad de reforzar las plantillas de Medicina de Familia y Pediatría con facultativos procedentes de países de fuera de la Unión Europea. Una medida que meses después extendería a todas las áreas médicas deficitarias del Sermas para reforzar aquellas plazas donde el volumen de facultativos resulta insuficiente para atender la demanda asistencial. Así, el Ejecutivo autonómico podrá hacerse con los servicios de estos profesionales durante un plazo de tres años.
“Se trata de profesionales médicos que están magníficamente formados, en los cuales se ha invertido un dinero, para que después no se les pueda contratar"
La propia consejera de Sanidad, Fátima Matute, argumentó esta estrategia en el hecho de que no se dispone de suficientes médicos jóvenes en muchas especialidades capaces de reponer las necesidades del Servicio Madrileño de Salud. Igualmente, resaltó que estos facultativos extracomunitarios se encuentran sobradamente preparados para ofrecer una oportuna asistencia sanitaria a los madrileños. “Se trata de profesionales médicos que están magníficamente formados, en los cuales se ha invertido un dinero, para que después no se les pueda contratar", esgrimía.
En la misma línea, el Parlamento Vasco dio luz verde el pasado mes de noviembre a una nueva ley de salud pública, en el marco de la cual se permite a Osakidetza contratar médicos y personal extracomunitarios para cubrir plazas en especialidades con déficit de profesionales. En concreto, la normativa estipula poder eximir, “por razones de interés general”, del cumplimiento del requisito de nacionalidad al personal médico y enfermero del Servicio Vasco de Salud en aquellas especialidades que se declaren como deficitarias o de difícil cobertura por falta de efectivos, motivos geográficos o necesidades estacionales. Igualmente, se recoge que esta exención "no tendrá carácter permanente, sino temporal”.
Viene "a responder en parte a un problema global al que Euskadi no es ajeno: la escasez de profesionales médicos"
Una medida que está dando ya sus frutos, pues Osakidetza ha incorporado, hasta el momento, a seis facultativos en las especialidades de Medicina de Familia, Hospitalización a Domicilio, Cirugía General y Aparato Digestivo, Radiodiagnóstico, Reumatología y Urología. Además, se encuentran inscritos en las listas de contratación temporal alrededor de 100 profesionales de fuera de la Unión Europea, 20 de ellos con título homologado. Unos efectivos que, como la propia Consejería de Salud vasca reconoce, vienen "a responder en parte a un problema global al que Euskadi no es ajeno: la escasez de profesionales médicos".
Por su parte, la Junta de Andalucía ya retiró la obligación de la nacionalidad española el pasado mes de julio para poder contratar temporalmente a médicos extranjeros en el SAS. Lo hizo con el fin de garantizar la asistencia sanitaria durante los periodos vacacionales, que coinciden con un aumento de la demanda de pacientes y las ausencias de muchos efectivos. Esta medida se planteó con vigencia únicamente hasta el 31 de diciembre de 2023, pero se decidió prorrogarla por un año más, hasta finalizar 2024.
"Se trata de una medida “excepcional” que se produce tras “haber agotado las posibilidades de contratación de personas que cumplan con el requisito de nacionalidad”
De esta manera, el Servicio Andaluz de Salud se asegura retener a los 1.004 médicos especialistas y 37 enfermeros extranjeros contratados durante este último año, sin causar ninguna incidencia negativa en la asistencia sanitaria de los centros donde han venido prestando sus servicios. En la misma línea que sus homólogos, la consejera de Sanidad andaluza, Catalina García, también aclaró que se trata de una medida “excepcional” que se produce tras “haber agotado las posibilidades de contratación de personas que cumplan con el requisito de nacionalidad”.
Las estrecheces que presentan las plantillas de Atención Primaria, especialmente en el periodo estival, ha llevado a otras CC.AA. como Cantabria a plantearse acelerar la llegada de facultativos extracomunitarios sin permiso de residencia en España. El consejero de Salud, César Pascual, abrió la puerta de cara al próximo verano a la contratación de médicos MIR extracomunitarios que se forman en nuestro país pero no dispongan de permiso de residencia, basándose en que el próximo verano la sobrecarga asistencial “será peor" porque no habrá facultativos por el retraso en la promoción médica por la pandemia.
AGILIZAR LAS HOMOLOGACIONES
De manera paralela, otro de los principales escollos que se encuentran los facultativos extracomunitarios en nuestro país, al margen del requisito de nacionalidad presente en muchos territorios, es el largo proceso que viven a la hora de ver su formación sanitaria homologada. Responsables autonómicos como Fátima Matute han instado recientemente a la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, a “agilizar” estos reconocimientos como herramienta para solucionar el déficit de profesionales que afecta a la sanidad pública en todas las autonomías.